Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Bicheo por la TDT
Tras la cancelación de Sé lo que hicisteis, muchos estaban deseando la vuelta de Ángel Martín y Patricia Conde a la televisión. Su humor sin límites, rozando el cinismo más hilarante, premió a toda una generación televisiva y no fue hasta marzo de 2018 que pudimos volver a ver el reencuentro de la pareja en pantalla. Pese a que fue una vuelta aplaudida, Wifileaks, en #0, de Movistar+, se alejaba demasiado de la realidad de la pareja. Demasiado formal, demasiado serio dentro de su humor absurdo. Un programa que ni llegó, ni enganchó a la audiencia y que, en consecuencia, fue cancelado con el paso del tiempo. Dar cera, pulir #0 es diferente. Diferente a todo lo anterior pero basándose en lo mejor de la trayectoria de Martín y Conde. Como afirma el presentador, "la última vez que fuimos majos nos cancelaron el programa"; así que es el momento de volver a liarla.
El formato, que de primeras huele a bodrio, se hace entretenido e incluso te saca alguna que otra carcajada. Dar cera, pulir #0 es la segunda oportunidad -quizás la última- que ha dado Movistar+ a la pareja. No es un programa de zapping convencional, se aleja de los decorados encorsetados y del guión leído al pie de la letra. La capacidad del dúo de improvisar hace que, aunque se sepan el guión de memoria, den la sensación de que se está presenciando una conversación de lo más natural. Si Movistar+ sabe pulirlo, estamos frente a un diamante en bruto que nos devuelva la esencia de los liantes que recibían denuncias de Vasile.
"Hay dos maneras de hacer televisión", comentaba Ángel Martín, "hacerla bien o como Zapeando". Con esta declaración de intenciones empezaba el repaso de los mejores momentos de los programas y series de Movistar+. Y comparando este zapping con el de Zapeando, Martín tiene toda la razón: son formatos parecidos, aunque uno está bien ejecutado y el de La Sexta no. Mientras que Frank Blanco y compañía leen chistes malos sin gracia, Ángel y Patricia recrean programas de la casa, con gags y parodias en las que se ríen de ellos mismos. Potenciar lo malo para hacerlo bueno, ahí está el quid, el mismo que supieron explotar como pocos en Sé lo que hicisteis.
Un ejemplo de ello es cuando hablaron del programa de Iñaki Gabilondo, Cuando ya no esté. "El plató está tan oscuro que los invitados deben ir agobiados, no saben si van a que Gabilondo les entreviste o a que les folle". El espectador se ríe y se queda un poquito más con ellos. Martín concursa en Fama, se convierte en el traficante más peligroso de Narcos... situaciones surrealistas pero funcionales, lo suficiente como para salir del paso sin causar ningún herido, bueno, los mínimos posibles. Y ahora lo tiene más claro que nunca: "Hasta la semana que viene...", se despide, "o no, aquí nunca se sabe".
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