Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Broncano
Combinando la moda actual de la expresiones huecas con la tradición escrita en un misal, como con el Padrenuestro, nos atrevemos a decir... “iguálamela”. La semana ha estado de lo más completita. Registro en República Dominicana, detención en pleno aeropuerto y retransmitida en directo y entrevista con el sello de LaSexta, con el acusado más tranquilo que el fiscal pese a conocer ya que al día podía ir al trullo. Definido como se evalúa una faena en la arena, el toro muy por encima del torero. Un toro mal encarado, chulo, contestón y desarrollando el peligro de quien se siente acorralado en tablas, pero una Ana Pastor incapaz de hilar dos muletazos por su ignorancia para rebatir y profundizar en sus argumentos.
La exposición del arresto de Rubiales quedó como otra perla de la bonita sociedad que se nos ha quedado, en la que se combina el trinconeo de Lazarillo y la picaresca cervantina con el purismo feminoide y las leyes del anticapitalismo: no tendrás cuentas bancarias y no comprarás terrenos para edificar.
Pero ojo que ahora viene la segunda parte. A ningún españolito le queda la menor duda de que si Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid hubieran sido finalistas de Copa en la Cartuja la detención del presidente de la RFEF se hubiera pospuesto una semana. O que si en vez de ser Piqué el socio arábigo del de Motril le hubiese tocado a un ex jugador del Hércules, del Lleida o, mejor aún, de Sevilla o Betis, el acoso mediático como el posible próximo investigado nos hubiese salido por las orejas en semanita de parón y sequía. Que ésa es otra, calendario cargado y segundo fin de semana sin Liga...
Lo mejor fue que la plata le guiñó el ojo al fútbol más puro. Ganó el modelo que más se aleja de los chanchullos de Geri y Rubi, que vieron por la tele la final que no habían firmado para Arabia en los audios que probaron la manipulación de las competiciones. Precisamente la muleta que no le presentó Pastor en hora y pico de tercer grado.
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