El parqué
Ligeros descensos
Doce años en el manejo de un transatlántico como Sevilla dan para mucho malo y también para bastante bueno. Y cuando se cumple el medio siglo de su marcha de la Diputación para sentarse en el sillón de Plaza Nueva, Alfredo Sánchez Monteseirín ha recibido un reconocimiento en forma de retrato que perpetúe su paso por la institución provincial. Y Alfredo, castigado físicamente por el propio rumbo de la vida, ve cómo crece la hierba con el consuelo del apoyo de un buen grupo de amigos que le hacen la vida más soportable. Y en el ínterin del propio curso vital se solaza viendo cómo su obra más emblemática y controvertida se ha convertido en atracción turística de primer nivel. El retrato que ya cuelga en la Diputación y el auge de Las Setas palian en lo que pueden el trabajoso día a día del gran Alfredo.
También te puede interesar
Lo último