Respeto al lector

En nuestra redacción están gran parte de los mejores profesionales que ahora lideran la información a nivel local, regional y nacional

Una lectora de 'Diario de Sevilla'.
Una lectora de 'Diario de Sevilla'. / José Ángel García

Un cuarto de siglo contando Sevilla, Andalucía, España y el mundo. Diario de Sevilla rompió desde su nacimiento el molde de la prensa local tradicional. En un solo número, el lector ha podido estar informado de la actualidad de su ciudad, pero no quedarse sólo ahí, sino que ha podido tener una visión global y plural. Desde sus páginas, y desde hace unos años también en su versión digital, esta cabecera del Grupo Joly ha mostrado su vocación decididamente regional en todos los ámbitos.

En este 25 aniversario me gustaría destacar el valor de una redacción, en los tiempos de teletrabajo y conexiones on line. Yo no cambio una redacción por nada. Y es que por los ordenadores de Diario de Sevilla han pasado y están gran parte de los mejores profesionales que ahora lideran la información a nivel local, regional y nacional.

Llegué a la calle Rioja en 2004, después de tres años en El Día de Córdoba, una cabecera que vio la luz un año después del alumbramiento del Diario. Cuando crucé por primera vez la puerta de la redacción me di verdaderamente cuenta de la dimensión del proyecto de José Joly. El ramillete de firmas y la calidad de sus páginas abrumaba.

En la redacción del Diario ha transcurrido ya, sin exagerar, la mayor parte de mi vida. En sus mesas tuve la suerte de encontrar a los mejores jefes que un periodista puede desear: Manuel Barea y Juan Luis de las Peñas, hoy felizmente jubilados y con los que mantengo una estrecha amistad. Son parte de mi familia. Como padres periodísticos me enseñaron muchas cosas, sobre todo que en un periódico es importante todo, desde la fecha hasta el código. Y es que la calidad ha sido siempre su obsesión, un veneno que me inocularon y que ha marcado mi trayectoria profesional. Desde la humildad que destilan los redactores de cierre y coordinación, aprendí una lección que nunca olvidaré y que trato de exportar a las nuevas generaciones: el respeto al lector.

Un periódico es lo más parecido a una panadería. Todos los días nos examinamos ante los lectores. Este reto se ha incrementado exponencialmente con la consolidación de las versiones digitales de nuestras diez cabeceras, ya que ahora esa evaluación es continua, al minuto. Como defienden todos mis compañeros, de los que no puedo estar más orgulloso, la calidad no está reñida con la inmediatez.

Diario de Sevilla, buque insignia del Grupo Joly, sigue contando la vida de los sevillanos un cuarto de siglo después aceptando los nuevos tiempos y modernizando sus procesos, pero su filosofía siempre será la misma: un periodismo útil y de calidad al servicio de los sevillanos y de los andaluces. Porque el periodismo es contar la vida. Y ahí seguimos, en la vida de los sevillanos, en las mesas de sus casas, en las pantallas de sus ordenadores y en sus móviles.

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