Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Voces
DESPUÉS de leer los magníficos artículos que se han escrito sobre José Antonio Torroja, me quedé pensando si yo podía aportar algo sobre su persona. He llegado a la conclusión de que sí puedo, ya que fui alumno suyo, cuando él era un joven profesor, trabajé en su empresa y recibí ofertas de él para cargos importantes.
Le conocí en su calidad de profesor de Estructuras en mi paso por la ETS de Ingenieros de Caminos de Madrid, cuando esta era todavía, para los de mi promoción del Plan 1947, la Escuela del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, de la cual salíamos como funcionarios, aunque teníamos que esperar, al salir, a que hubiera plaza.
Tengo que decir que era un magnífico profesor, que nos exponía las estructuras con una claridad pasmosa, heredada de su padre D. Eduardo Torroja Miret. En 1967 ganó la cátedra de Hormigón Armado y Pretensado de la ETS de Ingenieros de Madrid, de la que más tarde fue director.
Dirigió la empresa Torroja Ingeniería fundada por su padre. Yo trabajé en esta empresa en 1964, en la cimentación de los puentes del Llobregat, que él proyectaba. Precisamente si en algo destacó fue por la originalidad, belleza e innovación de sus puentes. Dejé la empresa en 1964 para marchar al Imperial College, y al regreso en 1966, me pidió que volviera, lo que no pude hacer, por mi interés en la investigación y porque acababa de ocupar mi plaza de funcionario en el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas.
José Antonio Torroja, aparte de un gran ingeniero y profesor tenía un cierto carácter bohemio, lo que podría explicar la brillante trayectoria de su hija. Eran conocidas sus visitas nocturnas al Mesón de la Tortilla, donde gozaba de los toques de guitarra de un compañero de profesión, cuyo nombre ahora no recuerdo. Era, a mi modo de ver, algo tímido y su trato excelente, para empezar con sus alumnos y subordinados, en cuyas categorías siempre me encontré. Él me dijo personalmente: "He pasado directamente de ser el hijo de Eduardo Torroja al padre de Ana Torroja". Esto era para él un orgullo, lo que nos lleva a su carácter humilde.
Fue también nombrado Director de la recién fundada ETS de Ingenieros de Caminos de Barcelona, y en esta situación me pidió que me pasara como catedrático interino al área de Ingeniería del Terreno de dicha Escuela, cosa que no hice por estar asentado en Sevilla. Lo mejor es que dejé paso al brillantísimo catedrático de dichas escuela, Eduardo Alonso Pérez de Agreda.
Hay que destacar la facilidad y rapidez con que José Antonio trató el tema de dicha escuela, y la facilidad para la contratación de excelentes profesores. En pocos años hizo de la de Barcelona una gran Escuela de Ingenieros de Caminos en todos los campos. Fue Premio Nacional de Ingeniería Civil y Presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Después de una vida tan fructífera, seguro que descansa en paz.
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