Perdidos por la ruta de los belenes

Estamos en el corazón de la fiesta. Fiesta por antonomasia en la que todos participamos de una manera o de otra desde la más tierna infancia. Fiestas navideñas que cada vez arrancan antes por el sentido comercial de la cosa y que ya se hace carne entre nosotros. Y en este meollo de la fiesta, ya en el inmenso belén global en el que todos tenemos un rol, la ilusión que supone coger al hijo o al nieto de la mano para adentrarnos por la ruta de los belenes, en ese largo itinerario que consiste en visitar la rica oferta que ofrece la ciudad. Belenes de todo tipo, con los Magos a lomos del camello o del caballo camino del portal. Belenes con todo lujo de detalles y con la figura absurda del caganer en retirada. Belenes que nos transportan a un tiempo lejanísimo, pero que nos mantienen la ilusión en buen estado de revista.