Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Alquileres
Con el nudo que se instaló en la garganta durante la despedida de Rafa Nadal, el fútbol vuelve y toca ahora que cada vestuario haga recuento tras el chaparrón de choques internacionales que ocasionó este molesto parón. Y en el ínterin de tanta inquietud por la dichosa plaga de males llegan desde Brasil unas declaraciones de Vinícius jactándose de haber metido en la cárcel a tres o cuatro personas por insultos racistas.
Junto a esa declaración del extraordinario jugador brasileño nos encontramos con la renovación de Pep Guardiola para seguir en Manchester un año más. Paralelamente, la feraz hagiografía madridista ya prepara la cercana aspiración a Balón de Oro del malagueño Brahim tras sus brillantes actuaciones con Marruecos. La cruz de la moneda es la eliminación de Turquía en la Nations y, por ende, la de Arda Güler, esa joven perla que Ancelotti no acaba de rentabilizar.
Más cercano tenemos el respiro del Betis tras la vuelta de Lo Celso en buen estado físico tras haber sido administrada su participación por Lionel Scaloni en los partidos con Paraguay y Perú. Lo que no pudo hacer fue exonerarlo del chaparrón de millas aéreas para nada, pero así son las cosas y ya se sabe que cuando un problema no tiene remedio deja de ser problema. Y en la otra acera se estrena director general, un gallego de La Coruña que pretende imponer el sentidiño.
Dicho palabro no encuentra traducción al castellano, pero tiene mucho que ver con la obra bien hecha tras esa indigestión de éxitos que es la forma conque José González Dans califica una era prodigiosa que empezó cierta noche en Eindhoven. Cosas que han ocurrido en el puñetero parón, pero todo tiene su fin y ya se ha dado el pistoletazo de salida para dos metas, la del sábado en Mestalla a la hora de comer y la del domingo con la visita vespertina del Rayo a Nervión.
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