
Tribuna Económica
Fernando Faces
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Estábamos en el primer domingo de la primavera y parecía uno más del invierno por lo que declaraban celaje y termómetro. Amanecida sombría y sin quórum en la orilla del río, tan plagado habitualmente el paseo Juan Carlos I de un universo que iba del pescador al ciclista pasando por el simple paseante. No era lo que suele ser una matinal de domingo cualquiera y es que el régimen de lluvias ha dejado a mucha gente en sus casas. Desde el Acuario al Huevo de Colón, esa ruta tiene un poder de convocatoria considerable, pero en este primer domingo de la estación más cantada la afluencia no era la de siempre. Vaya con la entrada que ha tenido esta primavera, tan distinta a lo que se estila por aquí, que ya hasta el azahar puede faltar a lista a causa de la sorprendente acometida del tiempo al poco de florecer.
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