Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
DESDE hace algunos años el ecosistema emprendedor sevillano está apostando por la innovación abierta. Buena muestra de ello son la celebración de la III edición del Al Andalus Innovation Venture, el evento de referencia de Scaleups y Open Innovation del sur de España, prevista para el 24 y 25 de septiembre de este año; el lanzamiento de numerosos retos de innovación abierta por parte de distintas corporaciones e instituciones; o la creación de un grupo de trabajo sobre innovación abierta dentro de SVQ Emprende.
En este artículo vamos a hablar de un caso particular de la innovación abierta, la llamada innovación intersectorial o cross-industry innovation en inglés. Según definimos en nuestro artículo publicado en la revista Technovation, la innovación intersectorial sería el proceso deliberado de imitación creativa, reinterpretación o transferencia de conocimientos específicos, tecnologías establecidas, soluciones existentes o modelos de negocio de unos sectores (origen) para resolver problemas, innovar o satisfacer las necesidades de organizaciones o usuarios finales de otros sectores (destino).
En la innovación intersectorial, que hace uso de las analogías, se distinguen tres tipos: entrante (inbound), saliente (outbound) y combinada (coupled). La entrante tiene lugar cuando la empresa de un sector (receptor) tiene un problema y busca una solución en otros sectores con el mismo o similar problema (fuente) para reutilizarla. Por ejemplo, el controlador iDrive de BMV en el sector del automóvil se inspiró en el joystick del sector de los videojuegos, Inditex adapta soluciones de otras industrias en logística para incorporarlas a sus procesos, o el modelo de negocio de Airbnb ha sido adoptado por Spacebee para el alquiler de salas de reuniones o aulas. Así, no es raro escuchar hablar del Airbnb de X, del Tinder para X”, etc. En Sevilla vemos como OpenWebinars se convierte en un referente para otras empresas como Turiscool o Liceo de Farmacia.
La saliente se produce cuando la empresa de un sector (fuente) tiene una solución para un problema y busca usuarios o clientes potenciales fuera del sector con el mismo o similar problema (receptor) para adaptarla y ofrecerla. Por ejemplo, la sevillana Galgus comercializa su solución de optimización de la señal wifi en donde el número de conexiones a internet es muy elevado, como pueden ser el sector del transporte (aviones, trenes, autobuses o cruceros), educativo (aulas), turístico (hoteles), de los estadios y eventos, de los centros comerciales, entre otros.
Por último, la combinada ocurre cuando empresas de distintos sectores (receptor y/o fuente) innovan conjuntamente para resolver un problema o adaptar una solución. Este tipo de innovación intersectorial es cada vez más habitual como resultado de la tendencia creciente hacia la convergencia sectorial, como es el caso del sector TIC. Los sectores del automóvil, el sector químico, el sector de la maquinaria, de la electrónica, o de los equipos o servicios médicos son los que más frecuentemente recurren a la innovación intersectorial.
Entre los beneficios de la innovación intersectorial, confirmados empíricamente por varios estudios, se encuentran los vinculados a la reducción del esfuerzo de innovación, como un menor tiempo, coste y riesgo de desarrollo, así como una duración más corta de los proyectos de innovación, al basarse en soluciones que ya han sido validadas o aplicadas con éxito en otros contextos. Pero lo más interesante desde el punto de vista de la competitividad, es que la innovación intersectorial da lugar a una innovación radical con un alto valor percibido, que proporciona una clara ventaja competitiva a las empresas, más difícil de imitar, y que puede atraer nuevos clientes o abrir nuevos mercados.
¿Cómo puede una organización o empresa favorecer la innovación intersectorial?
La investigación previa recomienda ampliar la diversidad de la base de conocimientos de los equipos de innovación para mejorar la recombinación por analogías, formando equipos interdisciplinares, procedentes de diferentes áreas funcionales, con experiencia en distintos sectores, dominios tecnológicos, mercados, modelos de negocio, e incluso con variedad de intereses personales. Esto debe ir acompañado de prácticas organizativas internas como fomentar: 1) una cultura con normas para compartir información o conocimientos de diferentes ámbitos; 2) la comunicación informal cara a cara entre grupos separados para facilitar la transferencia de conocimiento tácito; 3) el empleo de intermediarios del conocimiento (generalistas familiarizados con ámbitos distintos) para vincular a los grupos de expertos (especialistas); 4) la movilidad frecuente de los empleados entre equipos o proyectos, 5) la adaptación de los sistemas de motivación e incentivos para reforzar el uso eficaz de analogías, y 6) la formación en pensamiento analógico (y sus herramientas).
También se deben implementar prácticas organizativas externas para favorecer la búsqueda de conocimiento fuera de la organización, como promover: 1) la contratación de nuevo talento con conocimientos relevantes de los que carezca la empresa; 2) contacto permanente con fuentes externas de conocimiento (por ejemplo, otros campos o industrias), facilitado por sistemas de gestión del conocimiento; 3) la búsqueda sistemática de soluciones en ámbitos de conocimiento desconocidos por el equipo de innovación; y 4) la difusión del problema a resolver entre expertos de diferentes sectores y áreas tecnológicas.
Entre las plataformas utilizadas para este último punto está Wazoku Crowd, antigua InnoCentive, en la que se difunde información sobre el problema entre comunidades de solucionadores. En realidad, las plataformas de open innovation sirven para hacer cross-industry innovation. Las grandes corporaciones suelen lanzar sus propias plataformas, siendo bien conocidas Connect+Develop de Procter & Gamble, o GameChanger de Shell. En España, Acciona, Ebro Foods, Finnova, Santalucía, Hijos de Rivera (Estrella Galicia), Covap, e incluso el Sevilla F. C., por citar algunos ejemplos, han creado igualmente programas de retos abiertos a cualquier sector. En nuestra comunidad autónoma, la Corporación Tecnológica de Andalucía también realiza esta labor de intermediación mediante la herramienta ConneCTA. Incluso algunas universidades poseen sus plataformas en las que actúan de intermediarios, como es el caso de la UOC con Hubbik.
Otros factores que influyen en la innovación intersectorial son la voluntad de apertura, la capacidad de absorción o la interacción social y proximidad física entre los colaboradores (esto último iría en contra de un exceso de teletrabajo). Investigadores noruegos incluso hablan de innovación intersectorial de las empresas (medida con 8 indicadores), la cual se ve impulsada a su vez por las condiciones regionales para la innovación y el aprendizaje, especialmente si se sitúan en regiones diversificadas o especializadas. Esto último tiene implicaciones para las políticas públicas, apuntando a la necesidad de analizar en qué medida el territorio puede estar limitando de antemano el desarrollo de la innovación intersectorial y, a partir de ahí, proponer acciones a tomar para superar estas barreras.
Como dicen Vullings y Heleven, no es solo “pensar fuera de la caja”, sino que hay que “pensar fuera del sector”.
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