Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Lalachus
Qué más quisiera uno que el aluvión de buenos deseos recibidos por las vías más variopintas tuviera visos de convertirse en realidad. Se le dio carpetazo a un bisiesto horripilante y la sobredosis de felicitaciones y buenas intenciones dan pie a la esperanza, que para eso llega 2025 tintado en el verde más esperanzador. Pasa, sin embargo, que el discurrir de la vida con el acompañamiento de unos mandarines que movían a la sospecha desde su advenimiento y que han roto descaradamente en la mentira no dan motivo tranquilizador. Sólo viendo las reacciones de los socios de gobierno tras el mensaje del Rey te lleva a certificar una conclusión que ya arraigó en nuestros adentros. Le hemos dado el descabello al horrible 2024 y esperemos que no lo levante el puntillero y continúe este demoledor destrozo.
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