Oasis y alma de nardo en este fango

Dentro del enfangado panorama que nos está tocando sufrir hay personas, detalles y cosas que cauterizan las graves heridas morales y también físicas que padecemos. Detalles y personajes que están dando la talla por el carácter de integridad moral que llevan en su ADN. Y es que se contempla con desánimo cómo por no perder la soldada les bailan el caldo a ese pseudosocialista con vocación de sátrapa que manipula a su antojo nuestro día a día. En el corazón de tanto fango me llama la atención aquel enfant terrible que fue Alfonso Guerra y que ha evolucionado a oasis y alma de nardo, que los tacos de almanaque caídos deben servir para algo. Es un ejemplo que nos queda de aquella modélica Transición que hoy está en almoneda y como dando a entender que aquellos malos de ayer son los buenos de hoy.