Nada nuevo bajo el sol

Tras unos años en que la fecha se respetaba, la congestión del calendario obligó a mirar la Semana Santa como otra cualquiera y el fútbol volvió a lo de antaño. Y así nos encontramos con un hermoso Betis-Villarreal cuando la burra lleve horas en la calle y la Amargura enfile la Europa. Domingo de Ramos en la muy prime time de las seis y media de la tarde para un partido que puede ser trascendental para el devenir liguero.

Cuando entonces y hablamos de mediados del siglo pasado, un Domingo de Ramos debutaba Quino en el Betis, otro con anterioridad expulsaron a Del Sol en un Betis-Barça con Barrios y Helenio Herrera en los banquillos. Todo eso se programaba a las cinco de la tarde y ya más adelante se jugaba el derbi a mediodía y así nos encontramos con un partidazo de Pintinho en Nervión o aquel Domingo de Romo de gran recuerdo para los béticos, pero todo ha cambiado.

Este Domingo de Ramos llega el Villarreal a vérselas con un equipo que se ha convertido en su principal amenaza para esa apetitosa quinta plaza. Partido clave para el duelo entrambos con el antecedente de que fue el Betis quien dio primero tras aquel monumental golpe franco de Lo Celso a una escuadra de La Cerámica. Y lo cierto es que nadie podrá ponerle pegas a la fecha ni a la hora, pues el Betis llega después de haber recibido a los polacos el jueves anterior.

Y tras el derbi, el Betis viajará a Polonia a fin de cumplir con la vuelta que debería darle el visado para semifinales de Conference. Así es el panorama causado por un calendario más apretado de la cuenta. La parte positiva de todo esto es que tanto partido es gloria bendita, señal inequívoca de que los equipos funcionan. Conque bienvenido ese Betis-Villarreal que tantas incógnitas puede desvelar y que como hay tiempo para todo, lugar habrá para ver la Hiniesta de vuelta.