Visto y Oído
SoniaSonia
Volvió el Betis y Heliópolis vibró nuevamente con su equipo. Desmelenado en los dos inicios del juego, disfrutó de media docena de ocasiones clarísimas que no fructificaron por falta de puntería o por el paradón de Iñaki Peña a tiro a quemarropa de Chimy Ávila. Fue el Betis que los béticos desean, nada que ver con el patético de estas últimas citas y sólo la calidad individual del rival le impidió que cantase una legítima victoria.
Fue el Betis de la tarde del Atlético de Madrid, pero la evidencia de su falta de soltura ante la meta rival evitó el triunfo. Con decir que antes de cumplirse los tres minutos había sacado cuatro veces de esquina o que Raphinha había sacado de la raya un testarazo de Diego Llorente se hace uno a la idea de lo que podía sobrevenirle al líder. Y al poco, Abde que perdona solo ante Iñaki Peña para que una desaplicación, primero de Perraud y luego de Vieites, adelante al Barça.
Increíblemente, al descanso prima el gol de Lewandowski. Por entonces duele lo que está pasando, pero es que el Betis juega con la rémora de la falta de nivel en puestos clave. Y con el Barça al otro lado del río, errores tan groseros como los continuados de Perraud o el del portero se pagan. Pero es un buen Betis y vuelven las ocasiones fallidas, el paradón de Peña y un toque sublime de Lamine hace que Ferrán, vía VAR, supere el gol de penalti de Lo Celso.
Parece que han decidido las dos últimas decisiones del VAR, pero al Betis le queda vida, mucha vida, ya está nuevamente Isco en la lucha, el equipo sigue peleando en cada duelo y un centro de Ruibal lo manda Assane Diao de tacón al poste contrario. Y ahí, el delirio para que el beticismo se reenganche a la causa si es que alguna vez se desenganchó. Un empate que supo a poco, pero es que el de enfrente atiende por Fútbol Club Barcelona, silencio, un respeto, mucho respeto.
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