De nómada a jugador franquicia

22 de enero 2025 - 03:08

Nunca podíamos imaginar que un futbolista que había dado tantos giros a su vida podía ser tan bueno. Es el caso de Dodi Lukébakio, una gacela de ébano con un cañón en cada pierna, preferentemente la izquierda. A sus veintisiete años este belga de ascendencia congoleña ya había jugado en varios equipos desde su aparición en el Anderlecht, por lo que la inquietud nacía del porqué parecía tener un culo de mal asiento.

Anderlecht, Toulouse, Sporting Charleroi, Watford, Fortuna Dusseldorf, Hertha y, finalmente, Sevilla Fútbol Club en el verano de 2023. Demasiadas estaciones para que el convoy resultase fiable, pero en Sevilla ha encontrado Dodi su sitio natural. Y eso que a pesar de que la tarde que debutó hizo el gol del triunfo sobre Las Palmas de García Pimienta debió concederle una larga línea crediticia, lo cierto es que su consagración está llegando en ésta su segunda temporada sevillista.

Rompió la pana en Cornellá una noche de viernes otoñal con dos golazos y desde ahí que nadie discuta a este estilizado futbolista esculpido en ébano. Se las avió para resolver el derbi desde los once metros y, aunque con vocación guadianesca, ya se ha hecho un sitio preferente en el corazón del sevillista. Por si fuera poco, el sábado en Montilivi realizaba una obra de arte y como más gusto da, sobre la última campana para darle la victoria a su equipo, casi nada.

Ha sido lo mejor que Víctor Orta ha hecho en el Sevilla y ¿quién iba a pensar que tras tantas cesiones iba a resultar tan bueno? No bueno, buenísimo este jugador con tintes de velocista para convertirse desde ya en el futbolista franquicia de un Sevilla necesitado de hacer caja más pronto que tarde. Su jugada en Montilivi con túnel incluido para acabar dándole un pase a la red ya queda para los anales. Un gol que ha dado la vuelta al mundo y que ojalá siga mucho tiempo en Nervión.

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