Noche insólita y vertiginosa

Jornada de órdago a la grande con todos jugando a la misma hora para dilucidar quién se queda y quién sigue en Champions. Se trata de un día clave para el devenir de la temporada en el primer torneo continental y casi todos los ojos están puestos en ese City-Brujas en el que todo va a una sola carta. Es el ser o no ser para la tropa de un Guardiola que atraviesa su peor época desde que decidió ganarse la vida en los banquillos.

Pocas veces se ha dado que una ausencia influya tanto como está influyendo en los citizen la baja de Rodri. Como Busquets en su Barça, el madrileño tenía tanta incidencia en el juego que ha provocado que el equipo sin él no tenga nada que ver con el que él manejaba. Y esos polvos han traído unos lodos que ni a imaginar un batacazo tan considerable como el que está dando el City. Y esta noche ante los belgas del Brujas sólo le sirve el triunfo para seguir viviendo en Champions.

Luego nos encontramos también con la insólita situación del rey de la competición. En decimosexto lugar, el Real Madrid tiene muy complicado acceder al grupo de privilegiados en el que ya están Barça y Atlético. Los de Ancelotti están obligados a ganar para asegurarse el factor campo en octavos y esperar a otros resultados para la difícil misión de entrar en el grupo de ocho en el que ya figuran Bayern y Dortmund como convidados no de piedra en el propósito madridista.

Estamos ante una situación inédita que viene de la mano de un formato de nuevo cuño y sobre el que revolotea la sombra del biscotto. Stuttgart y PSG, con diez puntos por barba, saben que un empate les clasifica con entera seguridad, por lo que algo que en tantas ocasiones se ha dado en fútbol hay pocas dudas de que vuelva a repetirse esta noche en el suntuoso MHPArena de la capital germana. Es una noche trepidante y, por inédita, un gran reclamo para el aficionado.