El miedo al partido único sigue vigente

02 de noviembre 2024 - 03:07

Desde su instauración, allá por los ochenta, el vértigo de la Copa a partido único lleva un considerable cargamento de morbo en su mochila. Martillo de entrenadores, que contemplan este invento desde el temor a un batacazo que acelere el finiquito, ha pasado tanta agua bajo los puentes que uno guarda en su memoria innumerables catástrofes. Son recuerdos tremebundos y que cada vez proliferan en mucha menor medida.

Recuerdos como aquella vez, otoño de 1986, en que al Sevilla le correspondió ir a Ipurúa a jugarse las habichuelas con un Éibar recién ascendido a Segunda División. Era el primer viaje de Luis Cuervas como presidente y aquello no pudo acabar peor. Un gol de Gómez de Segura en la prórroga dejó la cosa para un viaje de vuelta amargo a más no poder. Recuerdo cómo Jock Wallace ahogaba el desencanto en un producto de su tierra esperando el coche cama en Alsasua.

Al día siguiente, en Valdemoro, estaba el Betis eliminado al descanso o cómo olvidar el repaso que el Ceuta le daba al Betis de Juande Ramos para certificar con un póquer de goles la eliminación de la tropa verdiblanca. Aquello tuvo, además, el postre de un demoníaco paso del Estrecho con olas que superaban el casco del Virgen de África. Fue el adecuado postre y eran patéticos los alaridos ululantes del nigeriano Ikpeba agarrado a donde le venía más a mano.

El miedo a una eliminación sonrojante por esa ruleta rusa del partido único sigue vigente, Pellegrini no creo que olvide cierta noche en Alcorcón que le alejó del omnímodo Florentino, pero cada vez se toman estos trances con más cautela y en este curso no se registra hecatombe alguna. Si acaso, lo mal que lo pasó el Cholo Simeone viendo cómo el Vic se le subía a las barbas. En fin que el vértigo sigue agazapado y que puede surgir en cualquier encrucijada, seguro que sí.

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