Mediocridad del fútbol según Sevilla

Sobrevive sin brillo alguno el fútbol según Sevilla y lo hace por medio de una igualdad en la tabla y también en las sensaciones. Dos puntos y tres puestos es la distancia que separa a Betis y Sevilla en la clasificación y viendo lo que estamos viendo quizás haya que mirar con preocupación más la posibilidad de batacazo que aspirar a aventuras continentales. Y en el corazón de todo está la realidad de un empeoramiento de efectivos.

No está aprovechando el Betis la dura realidad de un Sevilla sumergido en unas guerras intestinas que quién sabe a qué derivarán y con unas cuentas que dan miedo. El Real Betis Balompié está inmerso en una obsesión por las plusvalías que le han llevado a deteriorar la plantilla de forma incuestionable. Exceptuando a Isco y Lo Celso, todo lo que ha llegado es peor que lo que había y nada está haciendo olvidar el papel que otrora desempeñaron Guido, Canales y Fekir.

Enero, incluyendo la clasificación en Huesca, está siendo desolador para los verdiblancos con batacazo sorprendente en Zorrilla y humillación nada sorprendente en Montjuïc. Decíamos en la víspera que ojalá fuese el pasillo inicial al anfitrión el único de la noche, pero nada más lejos de la realidad. Antes de sudar hubo Vieites de ir a buscar el balón a sus redes, tan deficientemente guardadas a lo largo de la noche y menos mal que el VAR ejerció de líbero en un par de lances.

Tampoco enero le luce a un Sevilla que arrancó con el ominoso 4-1 de Almería. Y lo cierto es que tampoco es de alabar la gestión deportiva en la conformación de un plantel que mengua año tras año. Y ya con los dos fuera de la Copa del Rey y una nimia separación de dos puntos, las prisas por llegar ambos a los cuarenta puntos es más que una obsesión una realidad. Al Betis le queda también la Conference, pero disponiendo de lo que dispone, no sabe uno qué es lo que procede.