Salud sin fronteras
La IA y la humanización
Cada acción tiene su reacción. El Gobierno de Pedro Sánchez y sus coaligados han anunciado la bajada del IVA de la luz hasta el 5%. Buena medida sin duda para contener la inflación, pero anunciada tras tratar de digerir el mal resultado del partido del gobierno en las elecciones andaluzas es innegable que la medida viene de la mano de ese resultado.
Será en el Consejo de Ministros extraordinario del sábado 25 cuando dichas medidas, junto con otras aún no anunciadas, se aprobarán y comenzarán su andadura hacia el Congreso de los Diputados, donde partidos como el PP, que curiosamente fue el que propuso esta medida hace tiempo, tendrán que posicionarse.
Que el lío en el que los resultados andaluces han metido al PSOE está intrínsicamente relacionado con este anuncio no se le puede escapar a nadie, pero que le entrega una nueva baza política a Nuñez Feijóo tampoco. Le entran ganas a uno de pedir más mayorías absolutas de la oposición al Gobierno para que adopte medidas que nos beneficien en estos complicados días.
Ya veremos si tras el próximo varapalo electoral, Adriana Lastra sale a decir que sus opositores ganan las elecciones gracias a que Pedro Sánchez y el PSOE nos bajaron el recibo de la luz y el resto de cosas que se les hayan ocurrido y que conoceremos en breve.
Lo mejor del día sin duda, aparte del ahorro que nos anuncian en la luz, fue escuchar a sus señorías hablando del precio de los melones, de la fruta en el Congreso. ¡Por fin hablan de lo que hablamos los más mortales, albricias!
Y es que el más común de los mortales no se ve capacitado para afrontar la subida de la energía y los alimentos, según el último Eurobarómetro. Somos el sexto país más preocupado de Europa por cómo la Guerra en Ucrania está afectando a nuestro poder adquisitivo. Y con razón.
Nos bajan la luz, pero da pavor, a las puertas de una operación salida, tirar de hemeroteca y ver que en febrero podíamos llenar el depósito de gasolina a 1,1 euros el litro en la gasolinera más barata y a día de hoy, la pagamos al doble y aún nos preguntamos si la veremos a tres euros el litro.
Lo sumamos a las huelgas de las aerolíneas y al anunciado paro de los transportistas y le entran ganas a uno de todo este verano, menos de viajar, claro.
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