Maleficios varios sobre el nido bético

Cuando embocaba la portería indefensa del eterno se le rompió la musculatura. Cuando el club hacía caja mediante Fekir en el convencimiento de que su plaza tenía alternativa, esa alternativa se resentía de su mal de larga duración. Cuando el club vio que sus deseos se cumplían con el traspaso de Rodri, resulta que la operación se retrasa hasta el punto de quedarse con una plaza continental sin inquilino. O sea que crucemos los dedos.

Aquel percance de Bakambu en el último derbi tenía el antecedente de cómo Fekir se rompía una rodilla en Elche para ser precedente de lo ocurrido en el campo de Las Palmas. Isco es amonestado con tarjeta amarilla por una falta cometida por el contrario más el destrozo de un tobillo. Ahora, cuando se contaban los días como en una esperanzadora cuenta atrás hacia su vuelta a los campos, resulta que todo el tiempo transcurrido desde aquel día en Las Palmas ha sido en vano.

Y aunque manda el dinero, la incógnita es si se habría accedido a la marcha de Fekir de haberse sabido que la lesión de Isco se había agravado. ¿Hubiera permitido Pellegrini el adiós del mago franco-argelino en ese caso? No se sabe, aunque ya sin posibilidad de cubrir su plaza se le ha dado vía libre a Rodri. Ya sé que no se pueden equiparar los roles, pero la duda flota ante lo que se considera, salvando las distancias, el adiós de Rodri con el de hace un año de Luiz Felipe.

Cuando Bakambu se echó la mano al bíceps femoral solo ante Nyland se abrió una serie de maleficios que han ido flotando sobre la vertical del Real Betis Balompié. Y de todos el más grave es que Isco siga en la enfermería por un tiempo incalculable. Cuando el bético había digerido la marcha de Fekir y soñaba con ver juntos a Isco y Lo Celso, ahora todo el peso de la organización del juego caerá en un argentino con viajes continuos a su país para vestir la albiceleste. Un lío.