La inmediatez no está reñida con el buen periodismo

El periodismo muda de piel y los periodistas tenemos que adaptarnos a esos cambios poniendo como siempre por encima al lector

Joaquín, un lector de Diario de Sevilla durante estos 25 años.
Joaquín, un lector de Diario de Sevilla durante estos 25 años. / josé luis montero

03 de octubre 2024 - 03:03

Recuerdo cuando llegué hace más de dos décadas a la redacción de la Calle Rioja. Era la redacción de un periódico joven que, en poco tiempo, se había ganado la confianza de los sevillanos. Recuerdo que aún no había entrado en vigor la ley antitabaco, por lo que había que convivir con el humo de cigarrillos y hasta de puros, a pesar de que uno había abandonado hace tiempo ese pernicioso pero a la vez placentero hábito. Eran otros tiempos para el periodismo, con las ediciones impresas de los periódicos aún en pleno apogeo frente a las prácticamente inexistentes ediciones digitales.

En estos 25 años se ha producido una auténtica revolución para la prensa con la llegada de las ediciones digitales, un nuevo producto, más dinámico y que abre todo un abanico de nuevas posibilidades en este viejo oficio de contar historias. Ahora ha cambiado no sólo la forma de hacer periodismo, sino sobre todo lo que ha variado son los tiempos.

Cuando me incorporé a aquella redacción era frecuente acudir por la mañana a una rueda de prensa en el Ayuntamiento, a un juicio en la Audiencia de Sevilla o a hacer un reportaje sobre una queja vecinal, recopilar esta información y era por la tarde, de vuelta al periódico, cuando se le daba forma a esos contenidos para ofrecérselos al día siguiente al lector.

Esa forma de trabajar ya es historia. La noticia de esa rueda de prensa, la crónica del juicio o el reportaje de los vecinos tienen que estar publicados en la web casi de inmediato, tan pronto como se pueda. El minuto a minuto es lo que cuenta en ese monstruoso pozo sin fondo de internet. La regla del primero que golpea es la que se impone... Los periodistas hemos pasado de escribir en las redacciones a hacerlo prácticamente en cualquier sitio. Hemos cambiado el bolígrafo y la libreta por el ordenador portátil y la conexión a internet.

Pero la fuerza de la inmediatez no está reñida con el buen periodismo, el periodismo riguroso, que combate las fake news, ni con la necesidad de seguir haciendo una edición de papel digna. A pesar de que se había vaticinado hace ya algunos años su óbito, el periódico de papel sigue resistiendo frente a lo digital, quizás por el romanticismo que para muchos representa todavía la lectura de un periódico durante el primer café de la mañana. Las nuevas generaciones, los más jóvenes, ya no leen en papel. El teléfono móvil es su puerta de entrada a la información.

Recuerdo aquellas primeras campañas publicitarias de Diario de Sevilla -"el Diario que siempre has querido"- y cómo se convirtió en un diario líder desde el primer momento. La mayor parte de ese éxito, sin duda, se debe a esos redactores que a lo largo de estos 25 años han luchado cada día por ofrecer una información libre, rigurosa y de calidad. El periodismo muda de piel y los periodistas tenemos que adaptarnos a esos cambios poniendo como siempre por encima al lector. Esa es una de las máximas del oficio que debe marcar nuestra labor diaria.

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