Impresionante el Betis de Isco Alarcón

Puerta grande para el acceso a cuartos de final del Real Betis Balompié. Antes de romper a sudar iniciaba Bakambu su gran noche bética con el primer gol de su doblete. Y por ahí empezarían a difuminarse las lógicas preocupaciones que conlleva la necesidad de ganar como visitante. Sólo valía la victoria y en ese quinto minuto empezaba lo que iba a convertirse en la mayor fiesta bética de un curso que está siendo rico en festejos.

Aparcó Pellegrini las rotaciones para mejor ocasión poniendo en escena lo más parecido a la formación ideal. Sin el concurso de Cardoso acompañaría Fornals al eficaz Altimira para que bajo la batuta del inconmensurable Isco se moviera el Betis con indudable sincronización. La pelota era de su propiedad y a los veinte minutos una combinación perfecta jugando al espacio posibilitó un servicio de Ruibal para que Bakambu cabecease con comodidad y precisión.

Y lo cierto es que aunque el fantasma de aquella debacle viguesa no se olvida, el Betis no pasaría por ningún trance peligroso. El partido se lo había adueñado y eso que Antony parecía como ausente. Pero el que estaba omnipresente era el de siempre, ese Isco Alarcón que está viviendo su segunda juventud de verde, blanco y verde. Y el partido proseguía y tras el descanso la cosa brillaría aún más, ya desde la vieja conseja de cogerle las espaldas a un rival desesperado.

Es que, además, todo coincidiría con la aparición en escena de Antony para que en sendos demarrages ligara el Betis póquer de goles, primero anotando y luego regalándole a Isco el gol que ponía la guinda a su extraordinaria actuación. Se alcanza la cota soñada de cuartos y ahora espera un equipo polaco que atiende por Jagiellonia Bialystok, pero con el talante que el Betis muestra desde aquella tarde nefasta en Vigo todo puede estar al alcance de la magia de un tal Isco Alarcón.