La importancia de Europa para el turismo

En un artículo anterior manteníamos, siguiendo un informe de McKinsey, que el turismo crece muchísimo, se concentra, y se hace local y regional; sabemos que en tres de los grandes países, Estados Unidos, China, India, dentro de un fenómeno general, los viajes son principalmente interiores; el auge del turismo interior en China es tan grande que de cada 100 hoteles que se construyen en el mundo 30 son en China, predominando además la categoría de lujo. Los viajes son por motivos diversos, negocio, familiares, asistir a eventos deportivos o musicales, o visitar lugares históricos que se quieren conocer, pero el hecho de que se tiende a viajar dentro del propio país o en un área como es Europa lo vemos en que el 70% de todos los vuelos internacionales europeos son dentro del espacio europeo, 18% a España, 10% Italia, 8% Francia. De los cinco países del mundo donde más se viaja, tres, Alemania, Reino Unido, y Francia están en nuestra proximidad y son una fuente inagotable de visitantes; también los países del Este de Europa, República Checa, Hungría y Polonia, al mejorar su economía bajo la Unión Europea, y según McKinsey, aumentarán un 75% su gasto real en viaje de aquí a 2030, lo que es mucho teniendo en cuenta que es un dato quitando inflación.

Una idea para destacar es lo oportuno de impulsar el turismo interno, que es ecológicamente menos agresivo; en el informe de McKinsey se insiste en las facilidades para desplazarse entre sitios relativamente cercanos, pero en España todo pasa por Madrid, reforzando aún más su centralidad y economía, y, por ejemplo, prácticamente no hay transporte público apropiado, avión, tren, autobuses directos, que conecte Andalucía y Levante, y en los grandes aeropuertos españoles vemos en las pantallas una desproporción de destinos extranjeros y cada vez menos nacionales. La segunda idea es lo importante que resulta mantener la unidad de Europa, favoreciendo la comunicación interna, frente a los partidos nacionalistas y sus políticas populistas que de una forma u otra llevan a aislamientos; y también, la importancia de la cohesión exterior, pues cualquier escalada de la guerra de Ucrania o Gaza, sabotajes, hackeos informáticos, disrupción del espacio aéreo, pueden tener un impacto inimaginable en la movilidad de las personas.

Dejamos para otra ocasión los problemas que el aumento del turismo conlleva, pero ya que el deseo de viajar es tan fuerte, habría que buscar lo más práctico, que a veces es lo más cercano. Cuando se ven las aglomeraciones en aeropuertos y estaciones, colas por todas partes que hacen perder interés al mejor monumento, y encanto a espacios naturales, el deterioro de las playas, el calor, que hace insoportable un viaje, parecería que todo esto podría ser una autocorrección al exceso de visitantes, pero no creo que sea así, pues nadie reconoce que un viaje ha sido un fracaso, desde luego no a amigos y familiares, aunque algo se destila en las redes sociales; admitirlo sería matar una ilusión en la que se ha gastado tiempo y dinero, incluso a veces dejando a un lado cosas necesarias, y se prefiere recordar algún detalle bueno, olvidar las molestias, y evitar frustraciones, que ya hay bastantes en la vida.