La imagen real del Sevilla es una incógnita

Colgado del larguero y desgañitándose pidiendo el final, así acabó el Sevilla en Son Moix un partido que bien pudo decantar a su favor en la primera parte. Empate agrio por lo desarrollado en la primera parte y dulce por lo que pasó en la continuación. Un Sevilla con dos caras muy distintas que pudo determinar el pleito a su favor para que a continuación fuesen los baleares los que dispusieron de ocasiones muy claras de gol.

Al descanso ya debe ir ganando el Sevilla. Por lo pronto va ganando a los puntos a un Mallorca que conserva mucho de la filosofía rústica del Vasco Aguirre. Ante eso, el Sevilla responde con la misma moneda, pero haciendo valer su superior calidad. Y así nos encontramos con un misil de Saúl que evita el cancerbero isleño, una volea rasa de Carmona y varias intentonas de Lukebakio, desdoblado en cogerle las vueltas a Mojica y también en evitar que el colombiano percuta.

O sea que la pelea se prevé muy favorable para un Sevilla que Pimienta ha puesto en escena a costa de darle los galones a Saúl y de prescindir de Isaac. Al cabo era un buen Sevilla que no pasaba apuros atrás, pues sólo un lejano y más colocado que potente testarazo de Muriqi fue todo el trabajo que tuvo Nyland. Y al descanso se iba con la sensación de que a poco que el Sevilla pisase el acelerador podría sonreírle el triunfo, conque espadas en todo lo alto para lo que resta.

Y lo que restaba era la cruz de la moneda, ya que tras perdonar Sow un tiro franco, a medida que entraban relevos iba el Sevilla perdiendo terreno. Las ocasiones que fueron blancas, se habían teñido de rojo para perdonar ante Nyland en numerosas ocasiones. Y al cabo, con la mala noticia de la expulsión de Saúl sobre la última campana, el Sevilla no lograba tomarse el desquite por lo ocurrido el pasado viernes en Nervión. Y LaLiga sigue sin saber cuál es la imagen real del Sevilla.