Del halago a la ofensa en un segundo

La ventana

27 de febrero 2025 - 03:09

Cuando en tiempos de normalidad, un varón piropeaba a una hembra no sólo no era motivo de enfado, sino que lo normal en esa normalidad era que la susodicha se sintiera halagada. Es más, sin connotación sexual alguna, el halago se consideraba propio de persona bien educada. Pero hogaño cambia la cosa y hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, pues puede darse el caso de que esa noche duermas a cuenta del erario público. El talego como consecuencia de un acercamiento sin derecho a roce, pero que la destinataria de la cosa lo considera un acoso inapropiado en el caso de que exista algún tipo de acoso apropiado. Hubo una vez en que un servidor le cedió el paso a una dama por acera angosta y ésta respondió con la mirada de una fiera. Los tiempos cambiaron y lo que antes era una galantería, ahora es optar a una noche a cuenta del Estado.

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