Gran remontada y ridículo enfado

Remontada para el recuerdo la conseguida por el Betis en un campo que le era especie de territorio comanche. Nunca en Butarque había ganado, pues su único triunfo en Leganés data de aquel sprint de diez victorias y dos empates que, a la voz de Lorenzo Serra, exhibió para el ascenso a Primera División de 1994. Pero aquello fue cuando Butarque no existía y los pepineros jugaban en el municipal Luis Rodríguez de Miguel.

Butarque se le negaba y todo indicaba que seguiría así en el descanso. Entre que Natan no tenía su día, que Llorente jugaba en tres cilindros por el temor a quedarse fuera del derbi y que Adrián para lo que para, pues al descanso las segaban verdes. Luego, tras la primera piedra que puso Dmitrovic, surgió el equipo que Pellegrini pone en las botas de Isco para que la posibilidad de entrar en Champions dejase de tener carácter de utopía mediante un triunfo que supo a gloria.

Cinco victorias consecutivas y ésta conseguida tras un descanso menor del que tiene cabreado a Florentino Pérez. Pero es que el presidente del Realísimo se ha instalado en el cabreo de forma crónica y todo lo que se gesta en LaLiga le repatea. Es más, la impresión que cada vez parece más nítida es que le molesta codearse con gente inferior, que para eso Emilio Butragueño lo calificó un día como un ser superior. Y, claro, codearse con esa chusma le da un asco insoportable.

Desde que su napoleónico proyecto de Superliga se encontró sin los apoyos que esperaba, el hombre oposita a la úlcera estomacal y lo peor de todo es que su mal ha hecho metástasis en el gran Carletto. No se ha recatado el magnífico entrenador italianos en secundar a su jefe amenazando con no presentarse al partido como éste se anuncie tras un descanso de menos de tres días. Vivir para ver, pero afortunadamente el fútbol propicia remontadas como la del Betis.