Demasiado frágil defensivamente

24 de septiembre 2024 - 03:09

Parón inesperado y como más duele, en el último suspiro. Y eso le sucedió a un Betis que estuvo jugando con fuego durante todo el tiempo. Era un Betis que se las prometía muy feliz, pero el gozo por el golazo de Lo Celso duró lo que se tarda en poner el balón nuevamente en juego. Una desconexión defensiva, que resultaría ser premonitoria, como la primera de una larga sarta de errores que culminarían en el minuto último de partido.

Partidos como éste pueden repetirse en Heliópolis, ya que el Betis permite demasiado, mayormente en transiciones que el rival de turno efectúa con toda comodidad. Permite demasiadas idas y vueltas y pasa en fútbol que no sólo se vive de la calidad individual. El centro del campo es una tierra de nadie que ayer dominaron a menudo esos dos jugones que son Dardet y Navarro, pero tampoco puede decirse que el Betis mereciese perder, pues ocasiones de gol tuvo a barullo.

Con Abde como estilete, sólo la mala fortuna impidió algún gol suyo, especialmente el jugadón que hizo no más empezar la segunda parte con un control orientado más una rosca que se estrelló en los dos postes. O la que tuvo Vitor Roque a quemarropa con todo el Mallorca achicando agua. Dominaba el partido el Betis, metiendo al rival en su área, pero el temor a perderlo todo no desaparecía, ya que las transiciones seguían siendo muy fáciles para el rival.

Y cuando todo indicaba que el empate iba a ser el resultado final, un saque de esquina estúpido para que, insólitamente libre de marca Valery hiciese el gol decisivo para que al Betis se le quede cara de tonto y el mejor Mallorca que recordamos se fuese con el santo y la limosna. Había mucha euforia en el entorno bético y alegraban las pajarillas una plaza, la quinta, que sonaba a música celestial, pero ni siquiera el mal menor del empate le sonrió a un Betis muy frágil.

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