Manuel Campo Vidal
Valencia: además, catástrofe comunicacional
Entre paréntesis
Después del buen resultado obtenido por Ciudadanos en las elecciones andaluzas la figura política de Inés Arrimadas continúa con su imparable crecimiento. La presencia de la jerezana en la campaña de su partido durante las últimas dos semanas, junto a Albert Rivera en muchas ocasiones, ha sido clave para que el equipo de Juan Marín haya dado el salto que necesitaba para consolidarse como alternativa de gobierno.
Arrimadas llegaba a Andalucía con la aureola de gran ganadora de las elecciones catalanas y de haber contenido el auge del secesionismo en esa región, aglutinando gran parte del voto constitucionalista. Un patrimonio que Ciudadanos no podía desaprovechar en las primeras elecciones, las andaluzas, que se iban a celebrar después de la moción de censura que llevó a La Moncloa a Pedro Sánchez aupado por votos de los partidos independentistas. Ese discurso le ha venido de perlas al discreto Juan Marín, que no podrá evitar, pase lo que pase en las próximas semanas, que se siga hablando de Arrimadas como una andaluza que algún día podría optar a presidir la Junta.
Un dato. ¿Cómo es posible que Ciudadanos haya sido el partido más votado en Jerez con sólo dos concejales y una junta directiva cesada hace un par de meses? Sólo la irrupción de una figura como la de Inés Arrimadas puede explicar que en la quinta ciudad en población de Andalucía, sin apenas estructura y en muy poco tiempo, se hable ya de Ciudadanos como alternativa real. No debe extrañar que la sede provincial de esta formación política esté en la ciudad natal de su política más conocida y valorada. Ni extrañará que en las próximas elecciones municipales, aunque no se presente como tampoco lo hizo en las andaluzas, Arrimadas visite a menudo su casa. Un valor en alza que suma a una marca en alza.
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