El fichaje

La incorporación a España de un solo jugador de fútbol, de aquella España que miraba al futuro con un cepo del pasado gangrenándole una pierna, podía abarcarlo y removerlo todo y es lo que viene a relatar una miniserie documental de Prime Video procedente de la autonómica catalana, muy y mucho independentista y cencerrista TV3. El Fichaje explica cómo se gestó, con todos los inconvenientes en contra, la contratación del neerlandés Johann Cruyff por el FC Barcelona.

Un calvario burocrático, zafado con la paciencia que daba el seny de las fuerzas vivas catalanistas, incluido un abogado apellidado Roca, salsa barcelonesa. Por un lado entraban en el juego de un tardofranquismo herrumbroso en todos los niveles y por otro iban rompiendo esquemas de cara al futuro próximo e inevitable. El 0-5 al Real Madrid fue la representación deportiva de algo más que se estaba palpando en las instituciones. Una goleada que se borró en el archivo de TVE, porque eran cosas que pasaban entonces, y que reapareció de chiripa gracias al pionero vídeo de un aficionado. Es decir, nunca sirve de nada querer borrar la Historia premeditadamente, valga la moraleja.

El Fichaje es casi una excusa para que los barcelonistas e ingenieros del més que un club (o más que una comunidad autónoma) saquen pecho de una gloria futbolera que llegó a ser sanadora. Lo de Cruyff es la parábola de un genio del balón con mucho genio en un año y poco de ensueño en Barcelona y que fue más rentable a largo plazo en su etapa como entrenador. Su influencia fue mucho más poderosa con el paso de los años. La sombra de Cruyff se agranda por encima de la complicada obra de fontanería que fue su aterrizaje en el Nou Camp. De no ser por esa pátina de victimismo, queja y reproche ajeno que late en cada logro del Barcelona y de su entorno El Fichaje sería incluso una docuserie más entretenida y lustrosa. La llantina de haber sufrido más que nadie nos suena a chantaje emocional constante.