La ventana
Luis Carlos Peris
Inocentadas a diario
Sigue funcionando como escaparate inigualable ese tiempo que va a acercándose al despeje de plaza en los aledaños de la misma. Explosión colorista de vida todo el Arenal cuando va llegando de forma imparable las siete en todos los relojes de la tarde. Arterias por donde fluye la gente camino del templo, tertulias en Antonia Díaz, charla en el oasis que es el arbolado de Adriano, penúltima copa en uno de los bebederos de la zona y ya el gran escaparate que está situado a pleno sol, ante la Puerta del Príncipe. Ahí, en ese pórtico de la gloria con que sueña todo torero, el personal se deja ver como en una feria de las vanidades a la sevillana. Incluso el que no tiene entrada y se viste de domingo para darse una vueltecita y el consiguiente pisto. El peligro es que te quiten la cartera en la rebullasca, que también puede pasar.
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