La ventana
Luis Carlos Peris
La Navidad como pata de un trípode
Tribuna Económica
Hace unos días, Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, publicó un artículo de opinión en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Su título El espectro de la inflación lo dice todo sobre su contenido. Claramente su intención era contribuir a tranquilizar a los alemanes, cuyo miedo está aumentando al ver cómo la inflación supera ya en su país el 4%. La alemana se afana en convencer a sus compatriotas del engaño de establecer paralelismos entre el momento actual con las condiciones en la República de Weimar y con la década de 1970.
Reconoce que al BCE le preocupan varias circunstancias. La primera, es la escasez actual de productos básicos y las interrupciones de la cadena de suministro; la segunda, que las mismas expectativas de inflación, los salarios más altos y los enormes ahorros adicionales puedan impulsar el consumo; y, por último, que la digitalización y la transición verde puedan estar causando un impacto estructural que no se esté reflejando bien en los modelos que utilizan. Pero niega tajantemente que la inflación vaya a ser persistentemente alta y les asegura que la política monetaria actual no conducirá a incrementarla, y mucho menos a una hiperinflación.
Es el mismo mensaje que Christine Lagarde, la presidenta del BCE, también subrayó días después en el Foro sobre Banca Central en Sintra: "Estamos siguiendo de cerca la evolución pero, por ahora, no vemos señales de que este aumento de la inflación se esté generalizando en toda la economía". Así, el BCE sólo reaccionará endureciendo la política monetaria si estos incrementos son duraderos y se reflejan en la inflación subyacente.
Esta es la postura actual, que repiten y repiten. Pero les va a resultar cada vez más difícil convencer a los alemanes de que la inflación actual es sólo un "espectro". Y el conflicto dentro del Consejo del BCE también se volverá más enconado. Más, cuando ya un banco central, el de Noruega, ha subido los tipos al 0,25% y cuando banqueros centrales de numerosos países terminaron reconociendo en ese mismo Foro que esta inflación puede acabar siendo más permanente.
Además, al mismo tiempo, un estudio del instituto de investigación alemán ZEW, echa más leña al fuego a este asunto, predisponiendo a los alemanes contra el mantenimiento de los estímulos monetarios. Determina, basándose en las múltiples declaraciones de los consejeros del BCE en los medios de comunicación, que existe una correlación entre su comportamiento de voto y la situación de la deuda soberana en su país de origen. En palabras más llanas, que algunos países arriman el ascua a su sardina, y que lo que van buscando con su voto es cuidar su "prima".
Un estudio que no está exento de verdad (la prima de riesgo de España, uno de los países "acusados" en este estudio de paloma, sufriría con la retirada de estímulos y sería un duro golpe para las finanzas públicas españolas, con una deuda pública que supera los 1,42 billones de euros), pero que también es un estudio miope, parcial y que ayuda muy poco a la construcción de Europa. Así están las cosas. Los alemanes están encendidos y no pensemos que con el nuevo gobierno alemán vayan a ser mejores.
También te puede interesar