Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Lalachus
Con las uvas en lista de espera llegó la noticia del barquinazo del Barça en el apartado de inscripciones, quedando imposibilitado para hacerle sitio a su mejor fichaje del curso, el formidable Dani Olmo. Los desvaríos económicos del gran emblema catalán fueron los polvos que trajeron estos lodos y ahora se presenta la oportunidad de demostrar que el Fútbol Club Barcelona es uno más en el abanico multicolor de LaLiga.
La despedida del bisiesto nos proporcionaba la noticia que creíamos que nunca se produciría. Y ahora llega una especie de prueba del nueve que despeje la incógnita de si todos los clubes reciben el mismo trato a la hora de dejar caer el peso de la Ley. O sea que al gran club catalán se le mida por el mismo rasero que al resto, algo que hemos de reconocer que nunca creímos que iba a llegar a producirse en el fútbol patrio, conque procede no desperdiciar la oportunidad.
A favor de esta decisión de LaLiga juega cómo el nuevo orden imperante en Las Rozas ha hecho que se respalde la postura del ente que preside Javier Tebas, flamante, por cierto, vicepresidente de la Federación. Quizás cuando LaLiga y la Federación iban cada una por su lado hubiera podido prosperar el ardid de Laporta de pasarle la patata caliente a la Española, pero en las condiciones actuales hubiera sido un despropósito desautorizar al nuevo vicepresidente.
Son dos casos, Dani Olmo y Pau Víctor, con más foco en el primero, sobre todo por la cantidad que el Barça le pagó al Leipzig este pasado verano. Y en este caso se da la circunstancia de que está pasando en uno de los cuatro clubes que se escaparon por la gatera de ser sociedades anónimas. Y es que esa es otra, que no es de recibo que cuatro de los veinte clubes que componen la Primera División vivan en un régimen distinto. A ver ahora qué final tiene esto del Barça.
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