El enfado juega contra el equipo

Trigésima jornada para dar la impresión de que lleva camino de convertirse en trascendental a la hora del balance final. Jornada curiosa en la que abundaron los triunfos visitantes y en la que la cabeza volvió a apretarse cuando ya parecía que todo sería como siempre, un duelo entre los dos de toda la vida hasta que el campeonato acabe. Pero Betis, Valencia, sobre todo, y Atlético constriñeron la cabeza y el interés se multiplicó.

La gran sorpresa en una Liga rica en sorpresas fue el triunfo del Valencia en Chamartín con preciosa contra culminada por Hugo Duro tras centro preciso y precioso de Rafa Mir. Luego, el Betis se atrincheraba en Montjuïc para defender el resultado inicial en un desempeño con visos de hazaña. Y la guinda la puso Barrios en el descuento de Nervión ante un Sevilla que fue bueno hasta que se multiplicaron los desencuentros de una grada que no ayudaron, precisamente, al equipo.

Mal panorama el que se avecina en Nervión como la clientela no aparque sus enfados hasta que esto haya terminado. La actitud de la grada jugó abiertamente contra el equipo, que hasta el momento de la interrupción se había mostrado superior para que sólo la tarugada del sobrevalorado Badé nublase esa superioridad. Y a partir de ahí, el equipo empezó a correr como pollo decapitado y el colmo del infortunio apareció cuando ya el colegiado estaba mirando el crono.

Y este viernes, de Dolores por cierto, tiene el Sevilla la posibilidad de no mirar más hacia abajo. Se enfrentará al recuperado Valencia de Carlos Corberán, un perfecto desconocido que anda en la tarea de convertir el cobre en oro. Y ante este panorama, el enrarecido clima que rodea al Sevilla no juega precisamente a favor del equipo. Lo de este domingo fue la demostración de que cuando la protesta institucional se hace durante el juego, nada bueno puede pasarle al equipo.

stats