Bárbara Larrañeta

La empatía y el género en la financiación emprendedora

Mujeres empresarias  en un evento
Mujeres empresarias en un evento

11 de junio 2022 - 06:08

En España el número de emprendedoras cada vez se acerca más al de hombres. Según datos presentados en el último Informe GEM España (Global Entrepreneurship Monitor 2021-2022) lanzado el pasado 2 de junio, la participación relativa de las mujeres en las distintas fases del proceso emprendedor –empresa naciente, nueva o consolidada – es un 15% menor que la de los hombres. Si bien estas cifras son alentadoras, hay que interpretarlas con cautela antes de concluir que en nuestro país la brecha de género en el contexto del emprendimiento está superada.

Si descendemos al detalle y desmenuzamos los datos del informe veremos que una de cada dos emprendedoras desarrolla actividades de negocio que guardan relación con la prestación de servicios y el comercio de bienes de consumo y un 93% de los nuevos negocios emprendidos por mujeres pertenecen a sectores de bajo nivel tecnológico. Es decir, que estas mujeres que casi igualan en número a hombres emprendedores se han decantado por negocios de pequeña escala, que operan en sectores poco intensivos en tecnología y en capital, y poco orientados al crecimiento.

A lo anterior hay que añadir que las empresas emergentes lideradas por mujeres tienen menos probabilidades de recibir financiación. Y este agravio no se explica por el carácter tecnológico o el potencial de crecimiento de sus proyectos pues, a igualdad de condiciones, los proyectos masculinos reciben superior apoyo de los inversores. El motivo de esta menor o incluso falta de financiación no es otro que la mayoría abrumadora de inversores varones que tienden a invertir en empresas cuyos equipos fundadores son también, en exclusiva, masculinos. Esta tendencia tiene un nombre: “homofilia”, que quiere decir atracción por la similitud.

Efectivamente, en el año 2020 la financiación global de capital riesgo en Europa destinada a empresas lideradas por mujeres tan solo alcanzó un testimonial 4% del total, según un informe reciente apoyado por el Comisionado Europeo para la Innovación, Cultura, Educación y Juventud. A esto hay que sumar que, en España, para el mismo año, escasamente el 27% de empresas de capital riesgo tienen mujeres como socias y sólo un 10% de mujeres participan en redes de business angels (personas que invierten su propio capital en las primeras etapas de financiamiento de empresas jóvenes con alto potencial de crecimiento), según un estudio elaborado por Diversity VC con el apoyo de Caixabank. Todo esto se traduce en que las mujeres recaudan un 38% menos de capital que los hombres al buscar financiación para proyectos con las mismas condiciones

Hasta ahora, las políticas públicas que tratan de incentivar a las mujeres a tener aspiraciones emprendedoras con mayor potencial sugieren soluciones que transitan por la educación, la formación y la reducción de sesgos culturales de género. Sin embargo, el objetivo debe ir más allá y tratar de equilibrar los dos lados del ecosistema emprendedor: fomentar no sólo que afloren más mujeres que persigan iniciativas ambiciosas sino también que actúen como inversoras.

No obstante, la situación descrita es tan sólo el principio del problema, porque parece que, por ahora, la “homofilia” es cosa de hombres. Evidencias recientes demuestran que las mujeres, en el contexto de la inversión emprendedora, no son tan proclives a esta corriente de “homofilia” que explicamos antes, sino que se inclinan mayoritariamente por invertir sus recursos en proyectos liderados por hombres, sin que se observe una inclinación de éstas hacia los proyectos femeninos.

Tal vez no sea suficiente con perseguir equilibrios de género en ambos lados del ecosistema emprendedor. Tal vez sería mejor incidir en lo obvio: que hombres y mujeres que lanzan iniciativas emprendedoras y las apoyan con sus inversiones comiencen a sentirse más iguales en lugar de tan ajenos a cómo se están percibiendo en la actualidad. En cualquier caso, el problema de la brecha de género en el contexto del emprendimiento está lejos de estar resuelto en España, Europa y el resto del mundo. Mucho nos queda por comprender sobre la complejidad de los sesgos de género para alcanzar la igualdad. Y aquí estaremos para desentrañarlos y superarlos.

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