Y el duende bajó a ver a Juan Ortega

23 de agosto 2024 - 03:08

Almería como lugar idóneo para la culminación de una obra artística que se erige en la cumbre del verano, de lo que va de verano, según se enfoca todo desde el prisma del arte. Del arte y de ese sentimiento que logra el efecto ideal para que el duende baje. Era el adiós de Enrique Ponce de ese lugar que ahora se ha convertido en su lugar de adopción. Con el coso de Vilches abarrotado apareció Juan Ortega vestido de azabache, pero con mucho oro en el chaleco, que siempre conviene poner las cosas en su sitio. Y el oro refulgió cuando salió el segundo toro para que el sevillano diera el puñetazo en la mesa del toreo que esperábamos. Y como la modernidad que suplió al teletipo de las amapolas nos trae cuanto ocurre en el mundo pudimos ver el monumento que Juan creó con un toro del Parralejo, qué maravilla.

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