La ventana
Luis Carlos Peris
La Navidad como pata de un trípode
Tribuna Económica
El disparo de la inflación en la Eurozona hasta el 3%, la más alta de la última década, ha reavivado en el BCE el debate sobre el inicio de la normalización monetaria. En la próxima reunión del 9 de septiembre, los halcones (países del norte) volarán alto impulsados por el viento de la inflación, y presionarán para que se ponga fecha al fin de los estímulos monetarios del programa emergente de compras de activos (PEPP), que lleva consumidos 1,33 billones de euros de los 1,85 billones aprobados. Las palomas del Consejo de Gobierno del BCE son los países del sur, los más endeudados y los que más necesitan la financiación del BCE, que insistirán en que la inflación es transitoria y remitirá en 2022. No se planteará la reducción del balance del BCE, ni la fecha para el inicio de la subida de los tipos de interés, que no será antes de 2023. Lo que se debatirá el próximo jueves es la fecha de retirada del PEPP, mecanismo de inyección de liquidez extraordinario para hacer frente a los daños económicos y financieros de la pandemia. En el primer trimestre de 2021 a través del PEPP se inyectaron entre 50.000 y 60.000 millones mensuales de liquidez. Tras la contracción económica del primer trimestre de 2021, se aumentó hasta los 80.000 millones mensuales actuales.
Los halcones defienden que hay que poner fecha a la finalización del PEPP.
La razón es que la recuperación ya está en marcha y la inflación está muy por encima de lo previsto, con signos incipientes de no ser transitoria y con el riesgo de que se propaguen los efectos de segunda ronda hacia los salarios y los precios, como ya está sucediendo moderadamente en algunos países de la Eurozona.
Esta inflación tiene componentes de oferta que afectan a los costes que pueden no ser transitorios, como el cuello de botella en los suministros. Recientemente el Comisario de la Economia ha afirmado que la escasez de semiconductores y su impacto sobre los precios no se resolverá antes de 18 meses o más.
Las palomas por el contrario argumentan que el peor error que se puede cometer es el de endurecer las condiciones financieras antes de que la recuperación esté consolidada. Error que se cometió en 2011, cuando Trichet adelantó la subida del tipo de interés bajo el pretexto del disparo de la inflación, que luego resultó ser transitoria.
El precio del error fue el fin de la recuperación. Añaden que los altos niveles de desempleo y exceso de capacidad productiva hacen muy improbable que las expectativas de inflación acaben echando raíces. La presidenta Christine Lagarde es la más "paloma" de todo el Consejo.
Lo más probable es que se abra el debate y se acuerde reducir la inyección de liquidez a través de las compras de activos del PEPP, desde 80.000 millones a 60.000 millones al mes a partir del cuarto trimestre. Planteamiento que las palomas aceptarán ya que al ritmo actual el programa se agotaría en el mes de marzo de 2022. Es razonable dejar un margen de maniobra. El inicio de la normalización de la política monetaria de la Eurozona habrá comenzado.
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