La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Volodimir Zelenski, el hasta antes de ayer desconocido presidente de Ucrania para buena parte del mundo, ha pasado a ser un icono reconocible en todo el globo tras el inicio de la guerra en su país.
Aunque no es el primer caso de un actor reconvertido a máximo mandatario de un país, y a todos nos viene la imagen del mismo presidente si pensamos en ejemplos, puede que sí sea el primer actor cómico que lo logra.
La devastadora situación en la que Rusia ha puesto a su país, ha hecho que el cómico, ya reconvertido en presidente, haya mostrado al mundo su lado más dramático y ponerse como el primero de los ucranianos que resiste ahora y siempre al invasor.
Dicen las agencias, y que me perdone Ramón Reig porque esto no he podido contrastarlo, que Zelenski se escribe sus propios discursos. Sus asesores le proporcionan ideas clave, pero es el propio Volodimir quien remata a puerta.
Viéndole por televisión no cabe duda que su pasado en el mundo de la interpretación le ayuda y mucho a transmitir los mensajes, interpretando casi cada palabra para reforzar con sus expresiones y gestos las ideas que transmite. Frunce el ceño siempre que se refiere al enemigo ruso, aprieta los puños cuando habla de resistencia... gestos que los políticos aprenden y que a él le deben resultar más fáciles si aplica su experiencia actoral.
Pero no son sólo los gestos. Las palabras que usa y las referencias en sus distintas intervenciones en los parlamentos en los que ha sido invitado a hablar llegan con una facilidad pasmosa a su audiencia. "Señor Scholz, destruya este muro", dijo en el Bundestag, en una clara referencia al histórico discurso pronunciado en 1987 por ese otro actor y entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, cuando pidió desde la Puerta de Brandeburgo a Mijail Gorbachov, que derribara el muro de Berlín.
Ante el Parlamento británico Zelenski tiró de Churchill y de la resistencia de los ingleses ante el asedio nazi durante la Segunda Guerra Mundial. "No nos rendiremos", hizo suyas las palabras del premier británico más famoso de la historia.
"Recuerden el 11 de septiembre. Ucrania está sufriendo esto todos los días. Un terror que Europa no ha visto en 80 años", fueron algunas de sus palabras ante el Congreso de los Estados Unidos, donde también recurrió a Martin Luther King.
En Canadá, donde se encuentra una de las comunidades de ucranianos emigrados más grandes del mundo, abundó en esa idea apelando así a la empatía frente a los representantes canadienses de la Cámara Baja y el Senado de aquel país.
Su próxima intervención es, como las anteriores, en un discurso virtual ante el Gobierno y el Parlamento de Israel. Él, de origen judío, seguro que tiene muy claro ya lo que va a decir. Y nosotros, sin oírle casi que también.
La presidenta del Congreso de los Diputados ya ha invitado a Zelenski a participar en la máxima cámara de representación de España y éste que escribe está deseando saber qué referencias usará para buscar esa misma empatía con los españoles. Nosotros, que nos ponemos de acuerdo tan pocas veces y sobre tan pocas cosas, puede que seamos la china en el zapato de los discursos de Zelenski.
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