La ventana
Luis Carlos Peris
¿Aparecerá el llano tras la cuesta?
Nuevamente se esfumaba la posibilidad de una sabatina plena, ya que, sorprendentemente, no fue suficiente el aplastante monólogo sevillista para hacerse con los tres puntos a añadir a los que momentos antes había logrado el Betis en Palma. Y de esa manera, la tabla recobra el aspecto que tenía antes del paso del Alavés por Heliópolis, con los verdiblancos un punto arriba de los blancos, pero qué partido se le fue al Sevilla...
Todo empezó con un inconveniente más para un Betis necesariamente parcheado y es que Bartra se quitaba del partido en el calentamiento y le daba opción a otro canterano. Un Ángel Ortiz que cuajaría un partido muy completo y que fue decisivo en el triunfo final. Y tras un primer tiempo muy deficiente, se vio a un Betis más entonado y con mejores fundamentos, tanto en defensa como adelante. Y eso a pesar de que Isco no se encontraba consigo mismo.
Pero era un Betis que daba pie a la esperanza con un muy entonado Jesús Rodríguez y con Altimira dándole al juego más sentido del que le dio Marc Roca. Y en un partido sin brillo y ante un rival que no hace prisioneros, fue fundamental la entrada de Pablo García, que revolucionó el ataque entrando por estribor. Y cuando el empate no se veía malo llegó el testarazo de Bakambu a centro del joven Ortiz y el Betis volvía a ganar en un mes de enero que torcía a preocupante.
A renglón seguido, una muy tempranera desaplicación defensiva hacía que el Sevilla se viese condenado a remar contracorriente ante un Espanyol que es el portero Joan García más abundantes dosis de entusiasmo, nada más. En partido descomunal de Lukebakio fue Badé el que salvó un punto, pero bagaje incomprensible para lo que ocurrió a través de más de cien minutos de juego. La sabatina para el fútbol según Sevilla, una vez más no correspondió con los méritos.
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