Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Cádiz croata
Cuando entonces tuve la suerte de vivir un momento inenarrable, tremendo, una de esas vivencias que te conmueven primero y que luego se te quedan grabadas para siempre. Si Ella no ordena lo contrario, lo vivido aquella noche en la Basílica se irá conmigo hasta el final de este viaje con desconocida fecha de caducidad. Era una noche entre amigos que fuimos a la convocatoria de Juan Ruiz, a la sazón hermano mayor de la hermandad, y el acto consistía en que cambiaban de indumentaria a la Madre de Dios. Y del camarín al vestidor, un servidor fue de los agraciados que la portaron hasta la jurisdicción de su camarera. Nunca olvidaré lo que sentí teniendo a la Macarena junto a mi cara, qué visión de la Virgen desde un ángulo insólito para tener el convencimiento de que la Gloria debe ser algo así y eso no se olvida.
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