Eloísa está de nuevo en el teatro

Eloísa confiesa que no ha sufrido el contagio del Covid pero que sí conoce a gente en su familia que ha sufrido la enfermedad. Ya ha sido vacunada y junto a un centenar de ancianos se prepara para ver un espectáculo. Su compañera de butaca le recuerda que tiene nombre de obra de teatro, y bromea diciéndole que "Eloísa no está hoy debajo de un almendro, está otra vez en el teatro".

Mientras tanto, Emilio no recuerda si alguna vez ha ido al teatro. Sí sabe que ha ido al cine, aunque su memoria de haber vivido 93 años no le alcanza para recordar cuándo fue la última vez en la que, como hoy, se sentó en un patio de butacas.

Eloísa, de 80 años, y Emilio, de 93, viven desde hace años en una residencia de ancianos de la empresa Domus en Sevilla, y ayer salieron nada más desayunar para disfrutar de una obra de teatro gracias a la iniciativa de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste), el teatro Cartuja Center y el dúo Los Compadres, formado por Alfonso Sánchez y Alberto López.

Junto a ellos, un centenar de personas que viven en residencias de ancianos de la provincia hispalense se sentaron a ver el último montaje de este dúo Cosas de niños, totalmente gratis, "en una situación que nos ha hecho venir ya emocionados de casa, porque pone el vello de punta ver entrar en el teatro a estas personas para vernos actuar".

Los dos actores han llenado durante tres días, con aforo adaptado al Covid, el impresionante patio de 2.000 butacas del mayor teatro de la provincia de Sevilla, pero ayer se enfrentaron a quizá el público más especial que han tenido en más de 20 años de carrera.

Un público agradecido, porque a Lolina, a sus 83 años, le daba "pudor" que los actores trabajaran solo para ellos, y explicaba que ver cultura en vivo es una de sus pasiones, "y la última vez que fui a un teatro fue a ver a Siempre Así" en el Maestranza, allá por los albores de la Semana Santa de lo que hoy parece un lejano 2019.

A su lado, Eloísa rememora "un año muy duro", en el que ella misma no ha sufrido el contagio de la covid, pero sí conoce a gente en su familia que la ha sufrido, por lo que pide "que se respeten las normas" para volver a la normalidad cuanto antes.

Al amparo del grupo Eulen, con ideas como la de ayer, el Cartuja Center vuelve poco a poco a la vida, teniendo en cuenta la enorme inversión económica que mantener un edificio como este supone, pero todo pasa a un segundo plano cuando se vive "un momento ideal, en el que se une poder dar a los mayores un acto así tras un año en el que lo están pasando tan mal, y a la vez unirlo a la cultura".

Jesús Llorente, el director de la zona Sur del grupo Eulen, atiende a los medios con estas palabras mientras se emociona mirando de reojo cómo van entrando en su teatro personas octogenarias en sillas de ruedas, andadores o ayudadas por sus parejas o cuidadores, ilusionadas con ver cultura en persona sin una pantalla por delante.

"Nos han dado las gracias por regalarles esto, pero el regalo es para nosotros", subraya Alfonso Sánchez, y su compañero apostilla: "Las mujeres se han arreglado, se han peinado. Verlas así es un regalo para nosotros".

Cuando se abre el telón, Alfonso y Alberto discuten durante hora y media sobre cosas de niños, porque al final discutir sobre derechas e izquierdas en los tiempos que corren es más una cosa de críos en colegios que algo necesario cuando tienen en el público a gente que lleva un año encerrada en una residencia de ancianos para que el virus no entre, y que en algunos casos proceden de la que sufrió un incendio la noche de Reyes cerca de la estación de Santa Justa.

Cuando se estrenó la obra el pasado viernes, los dos actores no pudieron evitar emocionarse desde el escenario viendo el teatro lleno, pero ayer, con poco más de 100 espectadores, tiraron de algún método de trabajo que les permitió tragar saliva, centrarse en el texto y dar vida desde el escenario a la gente que dio toda la suya por sus familias.