Visto y Oído
SoniaSonia
Amanece una sabatina para la historia, uno de esos días que para la memoria lleva el calificativo de D, de Día D para los anales del Sevilla. Se va una de esas leyendas auténticas que rara vez se dan en el discurrir de la vida de un club. Esta tarde se juega el Sevilla tres puntos muy valiosos, sí, pero que se presentan como de obligado cumplimiento para que la fiesta esté a tono con el suceso que representa el adiós de Jesús Navas.
Los tres puntos de hoy ante el Celta serían el mejor regalo para Navas. Es frente a un equipo que cuadró muy buenos números en Nervión, sobre todo en los últimos tiempos. Un equipo que ha recobrado el buen tono de la mano de un técnico de la casa y que aventaja al anfitrión en la tabla. Es el grupo que lidera Iago Aspas, un ex sevillista circunstancial que no cuajó de blanco y que sucumbió en la competencia con Bacca y Gameiro para un puesto en el equipo de Unai Emery.
Y junto a Aspas viene un futbolista que sigue perteneciendo al Betis, Borja Iglesias, ese Panda que vio cómo su indudable olfato goleador se resintió para no recuperarse ni en Alemania ni ahora en el club que le formó. Es un buen Celta el que ha modelado Claudio Giráldez, un hombre de la casa que ha devuelto a los celestes las ganas de competir tan resentidas con Rafael Benítez en su banquillo. Los olívicos llevan muy buena trayectoria y vuelve a un campo de muy buen recuerdo.
¿Será Navas de la partida ya de inicio o lo reservará Pimienta para cuando los gemelos anden cargados? Lo lógico es que el palaciego esté en el equipo inicial, que para eso es el primero de sus días señalaítos, que el próximo será en el Bernabéu y el último ese 30 de los corrientes en que se prepara la gran gala final en su cadena de homenajes. Pero en este Día D fútbol es fútbol y tres puntos revoloteando sobre la vertical de Nervión como mejor regalo para una leyenda viva.
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