Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
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El Euríbor (Euro Interbank Offered Rate) a 12 meses, el índice más utilizado en la eurozona para determinar el tipo de interés variable de hipotecas y préstamos, tanto de particulares como de empresas, sigue descendiendo. Recordemos que, desde junio de 2022, el Banco Central Europeo fue ajustando su política monetaria para frenar la alta inflación en la Eurozona, que llegó a superar el 10% en su pico, con agresivas y continuadas subidas de tipos interés, lo que llevó al Euríbor a situarse por encima del 4%. Sin embargo, esta semana cotiza ya en torno al 2,8%. ¿Qué descuentan los mercados sobre la posible evolución del Euríbor de aquí en adelante?
Hasta la mitad de 2023 la subida fue muy rápida: pasó de valores negativos a superar el 4% en sólo un año. Este alto nivel, posteriormente, se mantuvo estabilizado unos meses, hasta que se produjo el primer bajón, a finales del año, hasta moverse en torno al 3,6%, nivel en el que se ha mantenido hasta junio de este año. Desde entonces, poco a poco, pero sin descanso, ha ido descendiendo, marcando mínimos anuales, uno tras otro, hasta situarse este jueves en el 2,7%. La evolución descendente ha sido más intensa y rápida que la que pronosticaron analistas e instituciones financieras, que esperaban que cerrara este año en el 3%. La cotización de los futuros del Euríbor a 12 meses apunta a que se moverá para diciembre de 2024 entre el 2,6% y el 2,8%.
Para 2025, las expectativas del mercado proyectan caídas más pronunciada, incluso hasta que acabe por debajo del 2%. También las previsiones más acreditadas para el próximo año se están revisando a la baja: algunas fuentes lo sitúan alrededor del 2,5% a finales de 2025; otras sugieren que el Euríbor podría rondar el 2,2% para esa fecha. Por su parte, para 2026, las previsiones son muy variadas, desde las que sugieren que Euríbor podría estabilizarse en torno al 2,2%, los que aventuran una posible ruptura de la barrera del 2% e incluso los que insinúan un nuevo repunte para ese año.
Un ejemplo servirá para que podamos apreciar la magnitud del cambio para el colectivo beneficiado: un préstamo o hipoteca a tipo variable, con un diferencial sobre el Euríbor a 12 meses del 1%, pasará de pagar un interés del 5,1% de hace un año al 3,7%. Traducido a euros, si la hipoteca anterior fuera de 180.000 euros a 25 años, su cuota bajará de 1.062 euros a 920, esto es, 142 euros menos cada mes. Las nuevas hipotecas y préstamo a tipos fijos también verán contagiadas de estas bajadas del Euríbor con condiciones más favorables.
En todo caso, aunque la tendencia, en principio, continuará a la baja hasta el final de año y para los próximos, todo dependerá de las decisiones que siga tomando el BCE reunión a reunión, decisiones que a su vez estarán condicionadas por la evolución de la inflación, la marcha global de la economía y de factores externos como los precios de la energía o las tensiones geopolíticas. Lo que sí parece una postura unánime es que el Euríbor no volverá a los niveles negativos observados en el pasado. A saber. Ya no nos cogerá nada de sorpresa, lo hemos visto al 0,5%, y lo hemos visto dispararse casi cinco puntos en un año.
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