Visto y Oído
SoniaSonia
Cuestión de advenedizos es considerar en vísperas de derbi que hay uno que parte de claro favorito. Los días van acercando la duermevela del partido de los partidos en el fútbol según Sevilla y ya nadie osa calificar a uno como superior claramente y eso, como pasó siempre, está pasando hoy. Porque ¿quién se atreve a treinta horas del acontecimiento a situar a uno como favorito? Quien lo haga allá él, pero es complicado definirlo.
Hace un mes, más o menos, era el Betis quien aparecía como el de más posibilidades de victoria, pero el fútbol avanza inexorablemente y las distancias fueron menguando. Tras ocho jornadas de campeonato sólo tres puntos es la distancia entrambos equipos sevillanos en la tabla y no se olvide que en estos partidos también figura el factor campo. Aunque ambos son de la misma ciudad, el palmarés habla con claridad sobre qué es mejor si ir de local o de visitante.
Otro tema es el de la sensación más cercana y aunque el Betis utilizará un equipo muy distinto al del fracaso en Varsovia, la imagen dada allí ha hecho mella en el estado anímico del bético de a pie. Y continuando con las sensaciones, aunque su empate en San Mamés vino de una carambola infrecuente, la sensación del Sevilla en un rodeo tan complicado invita al optimismo de forma indudable. Digamos que fue la primera prueba positiva de la era García Pimienta, don Javier.
Determinante ha sido la imagen dada en Bilbao y si se le añade la recuperación de Isaac resulta indudable que el papel de víctima propiciatoria ha desaparecido como por ensalmo. Estamos ante un derbi regido por la igualdad, que ni el Sevilla es tan malo ni el Betis tan bueno como se decía, por lo que cuando vaya declinando la tarde dominical en Nervión, las espadas estarán que ni para uno ni para el otro, conque será un derbi como siempre, inquietante a más no poder.
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