Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Cien años...
Cuando vi Lo que el viento se llevó, la película tenía ya más de veinte años. Entre la tardanza por avivarse en mí el interés por el cine y que la calificación de para mayores de dieciocho años, adobada por lo de gravemente peligrosa, era un obstáculo insalvable hizo que el gran film de Victor Fleming me llegase con demora. Se cumplen los ochentaicinco años de que Escarlata O’Hara pronunciase la frase clave, la que puede ser frase de frases en la historia del séptimo arte. Aquello de A Dios por pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre con fondo de algodonales arrasados por la guerra pasó a los anales. Ochentaicinco años cumple una obra que ha resistido el paso del tiempo como ninguna otra y que fue inalcanzable rasero en un tiempo en que se filmaban bodrios a granel muy a pesar de que ella ya existía.
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