La ventana
Luis Carlos Peris
Aniversario de un miedo pavoroso
Jugando a las cuatro esquinas y con un ojo en el crono fue como remató el Betis la primera fase de esta Conference. Su dubitativo caminar le había impedido librarse de una eliminatoria, pero con la clasificación prácticamente asegurada, el equipo de Pellegrini tascó el freno de mano durante toda la segunda mitad aprovechando el gol de Cardoso cuando se estaba a punto de cumplir la media hora de este pleito con HJK Helsinki.
No ha dado el Betis el nivel apetecido en esta competición. Va un abismo entre el equipo de la Liga y el de la Conference, claro que también existe un buen trecho entre las alineaciones ligueras y las continentales. Pero bien está lo que bien acaba, el Betis estará hoy en el bombo suizo y eso es suficiente. Además, lo hará con la aparente ventaja de jugar la vuelta en Heliópolis, algo que siempre prefieren los iniciados en este hermoso invento llamado fútbol.
Sobre lo ocurrido anoche en el pasto heliopolitano, muy poco que decir. Como es habitual, Pellegrini actuó en consonancia con lo acostumbrado. O sea que compuso un coro sin dejar de pensar en que la vida sigue y pasado mañana llega el Rayo. Sin embargo no hizo cambios en la sala de diseños, dejando a los habituales Cardoso y Altimira como fielato garante de la integridad. También dejó delante a un fijo como Abde para que Ávila, out ante el Rayo, corriese por allí.
Y aquello discurría entre infructuosas galopadas de Assane, amagos de Abde y el quiero y no puedo de Bakambu para que la resolución llegase gracias a un regalo del guardameta Nijhuis que permitió a Cardoso hacer ese gol que va a permitirle al Betis hacer de anfitrión en la vuelta. Se acabó la fase de grupos de una Conference que el Betis ha solventado con poco brillo, pero le queda la excusa de la cantidad de problemas que han revoloteado sobre su vertical.
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