Visto y Oído
SoniaSonia
Un periódico es mucho más que un simple objeto. Si tuviéramos que recopilar palabras que nos condujeran a la idea de un periódico fácilmente diríamos tinta, papel, portada, noticia, información, opinión, política, economía, cultura o deportes. Y ni con diez palabras, ni con cien, alcanzaríamos a definirlo con precisión.
Un periódico es en cierto modo lo que ahora tiene entre sus manos, ya sea impreso o en una pantalla, pero también es una empresa, son unas oficinas, un edificio, una redacción, un sitio. Y así, igual que usted, lectora o lector, dice en su casa “Voy a leer el periódico”, los hombres y mujeres que lo escriben cada día afirman “Voy a trabajar al periódico…”. Y el que lo escucha sabe que esa frase tiene una segunda parte tan intrínseca que ni siquiera hace falta pronunciar: “…y volveré tarde”. Porque dicen que un periodista sabe la hora a la que llega al trabajo, pero ignora si volverá a casa a tiempo para cenar con todos. Así de caprichosa es la tarea de buscar la verdad.
Un periódico es una paradoja: un objeto con vida propia, una cosa con personalidad. La que le imprimen quienes lo editan y dirigen, pero también su redacción y sus lectores. Porque un diario influye pero también se deja influir por su propia audiencia: ambos se conocen y se reconocen.
Diario de Sevilla celebra sus 25 años de vida. Y es gratificante para mí sumarme a este día de fiesta para la gran familia del Grupo Joly, empresa editora andaluza con más de siglo y medio de historia, que ha hecho de este diario una de sus referencias informativas.
Cuando el 28 de Febrero de 1999 salió a los kioscos y a la web Diario de Sevilla, lo hizo con una frescura arrolladora, apostando por un diseño innovador y, en ciertos aspectos, rupturista, que suponía toda una declaración de intenciones ante la apertura de un nuevo siglo.
Un cuarto de siglo después, este periódico sigue manteniendo viva esa ambición propia de la llamada Generación Z por mantenerse siempre actualizado, sin quedarse nunca atrás, prestando un servicio necesario a la sociedad y a la democracia. Celebrar el aniversario de un medio de comunicación independiente es, al fin y al cabo, celebrar la libertad.
En este caso, además, con el aval de haber tenido como presidente fundador a don Manuel Clavero Arévalo, padre de la Andalucía moderna y constitucional, cuya impronta sigue patente en esa personalidad que impregna a este diario. Libertad e igualdad, dos palabras por las que Clavero hizo causa de vida, pasan ahora por momentos delicados.
La reacción desde el poder a las noticias incómodas no puede implicar jamás la intervención en los medios. Ni poner en duda su credibilidad y la profesionalidad de los periodistas. El Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación –que se esgrime como excusa para imponer normas de dudosa confianza– incide, precisamente, en combatir las injerencias políticas en los medios y velar por su pluralismo e independencia.
El hostigamiento y el señalamiento de la prensa libre es un clásico en regímenes autoritarios y un mal síntoma en un país democrático. La realidad no se cambia con vendas ni mordazas, sino conociéndola, dejando que se abra paso, pues ésta es la única forma de acabar con lo que no funciona y así poder avanzar.
Andalucía quiere avanzar y resolver sus problemas. Y aspira a hacerlo en igualdad respecto al resto de españoles. Ni más, ni menos. Ese es el propósito que nos empuja hoy a combatir los claros intentos de discriminación entre españoles, utilizando para ello la herramienta de la financiación autonómica. Puedo asegurar con firmeza que quienes impulsan esas diferencias van a encontrar enfrente a una Andalucía que lucha, como siempre, por lo que le corresponde.
Andalucía piensa en grande y va a por todas. Quiere seguir creciendo, aportando riqueza y progreso a este proyecto común que es España, y cuyos pilares esenciales debemos proteger con todo el empeño que podamos. Me refiero, de nuevo, a la igualdad y a la solidaridad entre españoles. Esa es, en esencia, la receta que nos ha llevado a ser un ejemplo de democracia moderna.
Mi felicitación, de nuevo, y mis mejores deseos para todos los que hacen y han hecho Diario de Sevilla, y a sus lectores, abrazo que expreso con mi reconocimiento a su presidente-editor, José Joly Martínez de Salazar; a su director, David Fernández; y a los directores que ha tenido este periódico desde su fundación, Manuel Jesús Florencio y José Antonio Carrizosa.
Celebrar las bodas de plata debe servir de acicate para seguir buscando el rigor y la veracidad y así contar la realidad sin ataduras ni condicionantes. Con libertad e independencia.
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