Carvalho o no hay mal que por bien no venga

Indudablemente, la lesión de William Carvalho no tiene por dónde mostrar un lado mínimamente positivo. El primer perjuicio está, lógicamente, en la imposibilidad de utilizarlo en el campo, pero es que tampoco cabe la posibilidad de suplirlo en la lista continental. Sí sería posible en la lista doméstica y hasta podría darse la circunstancia de adquirir un recambio sin que llegue como agente libre, con lo que la cuita sería menor.

En cuanto a la vida sin el portugués resulta claramente que es factible. Quizás sea Pellegrini el único valedor que avalaba su participación, pues el mundo ya no lo veía como imprescindible. Recuerdo pasajes de Carvalho en el Betis que resultan deslumbrantes y de todo cuanto hizo rayado en verdiblanco me quedo con su partido en el Bernabéu la última tarde de Quique Setién. Aquel día formó un tándem impresionante con Lo Celso para un 0-2 con goles de Loren y Jesé.

Detalles a barullo, pero como la rotundidad de aquel día de mayo en la Castellana ninguna más. El túnel con gol en Vallecas, un pase sideral que Willian José convirtió en gol en Pamplona, decenas de encrucijadas resueltas por su facilidad en proteger la pelota... Pero a la vez ha mostrado demasiados dientes de sierra en su estado físico, lo que le costó la pérdida de su sitio en la selección de Portugal, pero continuaba gozando de la fe de Pellegrini y eso le hacía importante.

Su grave lesión es una más de las muchas que está padeciendo el Betis en sus futbolistas más emblemáticos. Fekir, Isco y ahora Carvalho han sido tres contratiempos que han lastrado considerablemente la andadura de este Betis que de la mano de Pellegrini no deja de bogar viento en popa. Esta del portugués deja abierta de par en par la posibilidad de que Altimira dé el paso y se convierta en su alternativa, pues condiciones tiene, pero ¿pensará lo mismo Pellegrini?