
Joaquín Aurioles
Las instituciones informales
Día grabado en gruesos caracteres en la agenda del Real Betis Balompié con vistas a superar una frontera que siempre se le negó. Con el empate de la ida, el Betis viaja a una aventura nada fácil, pero ni mucho menos imposible. De hecho, la historia nos recuerda que hubo una vez un Betis que siendo bastante inferior al de hogaño saboreó el azúcar de la victoria en ese Dom Afonso Henriques, rodeo en el que vive el Vitoria de Guimaraes.
Y en esta víspera del asalto definitivo a cuartos de Conference se echan de menos las ocasiones desperdiciadas en el turno de ida, pero agua pasada no mueve molino y hora es de afrontar el duelo a pecho descubierto y de frente, siempre de frente. Sucede esta cita en el corazón de un calendario constreñido en el que el Betis anda simultaneando una buena andadura liguera con lo dubitativo que suele afrontar sus citas continentales; claro que todo es susceptible de cambio.
No parece que Pellegrini afronte este compromiso con un solo ojo para que con el otro vigile lo del domingo en Butarque. Butarque bien merece esperar y que todos los huevos se pongan hoy en la cesta de Guimaraes. Es hora de que el Betis aborde la cita continental como, por ejemplo, afrontó la visita del Realísimo hace dos semanas. De esa manera, la posibilidad de estrenarse en cuartos de Conference podría convertirse en una hermosa realidad y mimbres hay, conque...
Va desalojándose la enfermería aunque siga contando con inquilinos de fuste junto a la ausencia del intranquilo Chimy Ávila, un considerable coleccionista de tarjetas. Y así el panorama, con la duda del imprescindible Cardoso, ha viajado el Betis al norte de Portugal para jugarse los cuartos con un rival que ya mostró en la ida que es un buen equipo. ¿Mejor que el Betis? Bueno, las comparaciones son odiosas, pero sí queda claro que quien quiera peces ha de mojarse.
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