Luis Carlos Peris Luis Carlos Peris

Cómo se cae de rico a pobre es la preguntaCómo se cae de rico a pobre es la pregunta

04 de septiembre 2024 - 03:05

Con Jesús Navas en tres cilindros era Lucas Ocampos el último mohicano en el Sevilla de los títulos. Malos tiempos para la lírica cuando es obligado desprenderse de los buenos para que se alivie la tesorería. Por cierto, en el caso del Sevilla habría que proceder a una auditoría que aclare dónde han ido a parar los dinerales manejados desde aquel día en que Del Nido hizo de tripas corazón al vender a Reyes y hacer que la deuda fuese calderilla.

Fue la decisión que hizo que el cobre se fuese convirtiendo paulatinamente en oro. Proliferaron las ventas a la vez que fueron llegando títulos a Nervión. O sea que entre ventas con pingües beneficios y conquistas en la yerba continental, el Sevilla se convertía en ejemplo universal de cómo convertirse en un club poderoso económicamente. Se llegaba incluso a articular másteres con el Sevilla, Sevilla Fútbol Club siempre, como pauta a seguir por el fútbol ecuménico.

Pero la triste realidad es que ya no sólo no se pueden atar perros con longanizas, sino que se ha llegado a la tesitura triste de desmantelar cada verano al equipo. Aquellas ventas de Sergio, Adriano, Alves, Lenglet o Rakitic tan rentabilizadas en la yerba tomaron un rumbo doloroso y así se fue la pareja de centrales que formaban Koundé y Diego Carlos, luego Bono y En-Nesyri tomaron el mismo camino y lo cierto es que esas ventas tan beneficiosas no se notaban en la caja.

Tras Acuña por una miseria llega el adiós de Lucas Ocampos, el último futbolista que llevó el cornetín para que el equipo tocase a rebato. Y, claro, aquello que Del Nido padre calificó de calderilla no debe ser la que hoy lleva tanta mohína a la tesorería. Hay cosas en la vida que no se comprenden y una es la de cómo se va de rico a pobre en tan poco tiempo. Qué mal se habrá gestionado al Sevilla para verse obligado a vender cuanto vale sin encontrar alternativas mínimamente válidas.

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