La ventana
Luis Carlos Peris
Ojalá el año tinte en verde esperanza
Buscando las tablas, ya las tenemos a mano. Otro taco de almanaque irá mañana a la papelera, otro año al desván de la memoria y nuevamente doce uvas dispuestas para la confirmación de que 2024 llega a las tablas para dar paso a otro que no es bisiesto, afortunadamente. Y en estos tiempos que corren viene bien que el futuro más inmediato llegue sin la inquietante divisa de bisiesto en el morrillo. El año que pliega sus velas fue el de la constatación de que no estamos en las mejores manos y vamos a esperar a ver qué nos trae ese 2025 en su mochila. Pongámonos en lo mejor, veamos la botella como si estuviese medio llena y no descartemos que la vida rompa para bien por muchos que hayan sido los daños de tantas elecciones fracasadas. Pero es sólo un sueño con muy pocos visos de que pueda hacerse realidad.
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