La ventana
Luis Carlos Peris
Arranque de un final de curso grande
Lebrijano, Camarón, Pansequito, Rancapino, Chocolate, Fernanda, Bernarda, Fosforito, Mairena, Farruco... fueron construyendo ese monumento de la Bienal con su arte imperecedero y su legado sigue intocable. Unos nos dejaron más pronto que tarde y otros siguen paseando su solera en unos espacios lógicamente más reducidos. Cuando nació la Bienal estábamos en la era de oro del flamenco con una baraja de artistas irrepetible y la verdad es que quizás fuese esa la causa de su creación. En lo más profundo de nuestro arcano subyace un recuerdo en el que lo memorable tiene lugar honorífico. Aquello nació en los albores de los ochenta, ha pasado mucha agua bajo los puentes y cuarenta años después esta Bienal de Flamenco demuestra su vitalidad aunque el relevo natural siga haciéndose esperar. Paciencia.
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